viernes, 20 de febrero de 2009

Alfabetos poéticos


Adoro mi lengua, la lengua española. Esto no quiere decir que odie otras, de hecho estudio inglés y francés, y también me gustaría poder aprender alemán o japonés, cosa que haría, sin pensármelo, si alguien me certificase dos vidas más aparte de ésta. Es bonito conocer otras latitudes lingüísticas porque, a tenor de ese dicho checo, vives una vida nueva por cada nueva lengua que aprendes y si sólo conoces una lengua, sólo vives una vez…
Mientras escribo estas sentencias es inevitable que venga a mi memoria lo curioso de nuestra Real Academia Española, compuesta (en sus comienzos, ahora lo desconozco) por veintiocho personalidades que ocupan veintiocho sillones, uno por cada letra del abecé español -recordemos que en la actualidad son veintiséis-. Una idea muy romántica por su significado, por su contenido: las letras son las bases de la lengua así que, honrémoslas. Por ello les dejo, hasta el lunes que se avecina, con una de vocales de la mano de un paisano y seguidor de esta casa, Pedro Villar.

La a flota en el agua
que acuna el mar.
La
e vive en los sueños,
en la espuma y la pared.
La
i tiene una isla
donde vive feliz.
La
o se moja en el río,
se oculta bajo la flor.
Y la
u duerme en la ducha,
el humo y el avestruz.

A de la mar,
E del ayer,
I del jazmín,
O del amor,
U del azul.

Pedro Villar.
En: El bosque de mi abecedario.
Ilustraciones de Miguel Calatayud.
2003. Diálogo: Valencia.

3 comentarios:

Sàlvia dijo...

Es un poemario precioso. Tuve la suerte de tener a Pedro leyendo y jugando con los niños en la biblioteca de Cocentaina y fue un momento "Mágico".

Me uno a la recomendación.

Besadetes

Anónimo dijo...

¡Estupendo blog!
Un saludo

Pedro Villar Sánchez dijo...

Román, muchísimas gracias por la entrada en tu blog de mi libro que es de todos "El bosque de mi abecedario". Firmado: un seguidor de esta casa y paisano provincial de Román.

Salvia, el placer y el lujo fue mío al conocer tu maravillosa labor por la poesía y los libros.