viernes, 20 de noviembre de 2009

Caminar...


Destino… Una palabra que abunda en los cuentos… Cuentos castellanos, rusos, moldavos o kazajos, todos dan buena cuenta del destino como si de la única inercia que mueve el argumento se tratara. ¿Y dónde queda la voluntad de los personajes? Ahí está, en buen lugar, cuestión de la que doy fe… Si un protagonista no eligiese, no tomase decisiones correctas o erróneas (de todo nos pasa), el cuento, más que espejo, sería espejismo de la realidad, y ya no serviría de yesca con la que encender la lumbre en torno a la cual se escuchan las historias de los viejos. Esto que afirmo no implica que uno no crea en las casualidades. Creo en ellas firmemente, tanto, que a veces atento irresponsablemente contra mi propio corazón… pero en definitiva, la vida es un cúmulo de circunstancias, de casualidades muy hermosas (¡Sí, tú, sopetón malagueño!), de grises tropezones que, si no te levantan el ánimo, bien encienden la chispa de nuestra misma historia, y esa, déjenme que les diga, sí merece la pena de ser narrada.


II

Junto al agua negra.
Olor de mar y jazmines.
Noche malagueña.


XLIV

Todo pasa y todo queda,
Pero lo nuestro es pasar,
Pasar haciendo caminos,
Caminos sobre la mar.


Antonio Machado.
En: Antología poética.
1975. Madrid: Agrupación Nacional del Comercio del Libro.

3 comentarios:

Mónica dijo...

¡Hola Román! las casualidades te regalan sorpresas. Un abrazo y buen fin de semana. Gracias por estas letras de Antonio Machado y el destino en tu post.

Anónimo dijo...

good....................................................................................................

Anónimo dijo...

good....................................................................................................