lunes, 25 de abril de 2011

De regreso...



Les resumo mi viaje en una impresión… Generalmente, después de visitar un lugar, acostumbro a pensar con quién iría acompañado en el caso de regresar a él. Hay sitios perfectos para recorrerlos de la mano de una pareja, otros que se prestan a las correrías con los amigos, con desconocidos los menos, e incluso los hay para disfrutarlos con uno mismo. Pero, déjenme que les diga que, Italia, sin mis alumnos, sería simplemente nada.
Si les soy sincero, antes de emprender la marcha por el país de los Apeninos, el joven profesor que soy, sentía cierto temor… Por las trastadas de los alumnos, por los errores de uno, por lo descontrolado del destino... A pesar de todo, he, hemos regresado sanos y salvos allende una sonrisa descomunal, multiorgásmica, no sólo por el hermoso caos de Roma, la belleza articulada de Florencia o la sencillez de Pisa, sino por las anécdotas, las peleas y riñas absurdas, los momentos de tranquilidad, las paradas del camino y sus carcajadas, y los sueños compartidos.
Si alguien subraya que viajar es aprender, está en lo cierto. En sí mismo, el viajar, el deambular, el empaparse de la experiencia, es descubrir, hecho que siempre aupa el conocimiento, bien sea de lo desconocido, de los otros o de uno mismo. Lo afirmo con conocimiento de causa, la mejor manera de hacerlo.
Y para despedirme, confiarles una de esas cosas aprendidas, una de esas curiosidades lijeras que les gustan tanto… Deambulábamos por la ciudad de Florencia en pos a nuestra guía, una italiana de clase muy agradable, cuando topamos con el famoso jabalí de bronce de la vía Porta Rossa. Tras unas cuantas fotos, me percaté de una placa en mármol dedicada a Hans Christian Andersen y, por curiosear, le pedí a nuestra acompañante una rápida traducción. Me confío que en honor a “Il porcellino”, uno de los muchísimos relatos de este autor, el pueblo florentino le ofreció este reconocimiento, por describir su ciudad en lo que llamaron “un entero libro ilustrado”.

2 comentarios:

Evaristo dijo...

Me reconforta y me satisface leer que un profesor que regresa de un viaje con sus alumnos, escriba de sonrisas, carcajadas y sueños compartidos.

miriabad dijo...

Bueno, es exactamente mi experiencia de COU de viaje fin de curso a Italia. ¡Me alegro, Román!
Saludos, Miriam