viernes, 10 de enero de 2014

Versos perdidos en el océano


Ya no hay lugar para la poesía… ¿O sí? Lo cierto es que sigue habiendo poetas, de esos que se camuflan bajo acordes, de los que pintan lo profundo de su corazón, de los que mezclan el celuloide con el rumor del viento…, pero no poetas de los de toda la vida, de esos que buscan la rima en lo cotidiano, de los que tachan palabra a palabra buscando el ritmo de los versos. La menor de las artes verbales se perdió en la inmensidad de los desiertos, en la línea del horizonte, en la profundidad del mar. ¿Quién la hará regresar? Quizá seas tú…

[…]
Desde entonces dicen que a veces los buzos
ven peces metáfora, adverbios coral,
delfines esdrújulos, pulpos monosílabos
y algas muy poéticas con rimas de sal.
Verbos caracola, tildes oxidadas,
peces parecidos a la acción de amar.
Y que de la tinta que va destiñendo
bebe el chipirón,
y bebe la jibia;
bebe el calamar.
[…]

Aurelio González Ovies.
El poema que cayó a la mar.
Ilustraciones de Esther Sánchez.
2007. Oviedo: Pintar-Pintar.


2 comentarios:

miriabad dijo...

Un bello poema... tiene buena pinta.. Gracias, Román.

Anónimo dijo...

Qué belleza para los más pequeños y para los 'más mayores'. Lo releo muy a menudo a mis nietos y soñamos los tres. Gracias. Luisa Remis