lunes, 14 de abril de 2014

Rompiendo los tímpanos


Del cara a la galería que se estila en Facebook, Twitter, Whatsapp, chats, páginas de contactos y otros escaparates del morbo y el cotilleo, pasamos a los oídos sordos del paro, la pobreza, el terrorismo, la inmigración y la corrupción en un abrir y cerrar de ojos. Curiosa actitud esta del hombre que se ve acentuada por reproductores de música, cascos y altavoces de discoteca que hacen vibrar tímpanos y huesos para alejarnos de un entorno que más nos valdría la pena conocer.


Más de un corredor ensimismado se ha topado con el claxon de algún automovilista cauto por culpa de un reproductor de MP3… El de más allá ha denunciado tropecientas veces al vecino de arriba que con la dichosa manía de taladrar paredes, mover muebles y escuchar música a deshora, mina la paciencia de cualquiera… Los que tienen la ¿suerte? de ser propietarios de un inmueble en la típica zona de marcha de cualquier capital están hasta el tuétano de tanto jaleo y lucha grecorromana a altas horas de la mañana… ¡Que le hablen de trajín a maestros y profesores! Ningún niño sabe qué es el silencio..., ni los maquinistas de tren, los obreros de túneles de lavado, los trabajadores de la industria, la mayoría de los camareros, pulidores, gruistas,  e incluso artistas de circo que desempeñan sus labores envueltos en conciertos estridentes y atronadores.


Ruido, con Pablo Albo y Guridi (¡la de buenas historias que está dibujando este hombre!) a la batuta y editada por Narval, nos aproxima a esa sinfonía alborotada que nos acompaña a diario en centros de trabajo, comunidades de vecinos (lo de la mía, no tiene ni nombre, ni desperdicio), pueblos y ciudades..., a ese ritmo machacón y disonante que altera nuestros biorritmos y trastorna poquito a poco una realidad que obliga de vez en cuando a apagar televisores, transistores y el motor del coche, coger una bonita senda desprovista de toda compañía, y dejarse seducir por el sonido del aire, el rumor de la hierba, el cantar del agua y el trino de los pájaros.

1 comentario:

miriabad dijo...

Estoy muy torpe... Si no llegas a meter el comentario entre paréntesis detrás de Guridi, no hubiera mirado la etiqueta y todos los libros ilustrados que has posteado...
No lo estaba viendo en toda su grandeza. Pero ya digo, ¡qué torpe soy! :(