lunes, 2 de julio de 2018

Una fiesta playera para la despedida



Segundo día de julio y ya estamos de vacaciones. Como la semana pasada tuve bastante trajín no pude despedirme de ustedes como se merece la ocasión, así que este lunes hago una excepción y me pongo al teclado para decirles adiós.
Y ustedes dirán “¿Y este muchacho, que nos va a contar que no nos haya contado ya?” La verdad es que poca cosa, que las neuronas las tengo un tanto colapsadas (algo similar les sucede a las estanterías de mi casa…) y me atropello a la primera de cambio...
Cada vez palpo más esa sensación de que no doy a basto. Durante estos últimos años el ritmo ha sido frenético para un servidor. Cambios, nuevas responsabilidades, líos familiares y reuniones vespertinas (no saben cuánto las odio, todavía más si te percatas de que son cónclaves políticos, de muy baja estofa claro...), están empezando a hacer mella. Si a ello le unes que los blogs están de capa caída, que generar nuevos contenidos semana tras semana se hace más tedioso, que el mercado de novedades es absorbente, el poco tiempo para visitar librerías y bibliotecas, y un largo etcétera de peros, la cuesta se hace más empinada.
Acostumbrado a la supervivencia, por ahora no pienso echar el cierre, pero el futuro, aunque sigue siendo una incógnita, se presta a mirar hacia delante, quizá desde otras azoteas que sean menos mediáticas pero que ofrezcan un panorama que se pueda saborear más lentamente.


El caso es que mientras escribo esto le doy a la neurona y me digo a mí mismo, “Pero Román, el día que digas adiós ¡tendrás que organizar una gran bacanal!”. Sí, algo divertido. Nada de firmas de libros ni charlas teóricas sobre el álbum ilustrado. Una buena jarana en un chiringuito de playa, con musicote y unas cervezas fresquitas. Se iba a apuntar hasta la Intemerata. Mandaría invitaciones a doquier. A los cuatro puntos cardinales. A Ana Martínez, Patricia de Cos, Belen Recursos Infantil, Concha Pasamar, LlibresChus, Esther Rodrigo y los de La biblioteca de los peques, Pep Bruno, Marta la logopeda, Elena DeTalleres, Paula de YoMiMeconLibro, Maite de LibrisInfants, Lion D. Santiago, Maria Amélia Jannarelli de Blog Do Livrinho, Mrs NorrisAida Beatriz Sánchez, Agustí Montardit, AbelAmutxategui, Belén Juan, Jorge Gómez Soto, José Rovira, Jesús Buiza, Jesús Ortiz, Silvia Cartañá, Nohemí Mata, Guillermo Mozos, Ana G. Lartitegui, ChicaBombín, Rocío Antón Cortés, Gemma Lluch, Rafael Muñoz, José Morán, rz100arte, A. M. Vozmediano, Sàlvia, María José Urós, La Mamá Corchea, Maride, Luis M. CencerradoEvaristo Romaguera, David PintorDavid Guirao, César S. Ortiz, Luis Daniel González, La RanaEncantada, los de Más Leer, el CEPLI, la Revista Babar, los de Cuatrogatos, el grupo Bib Botó, la Fundación Entrelíneas, CEGAL y su Club Kiriko, las Redes de Bibliotecas Escolares de Andalucía, al grupo de Bibliotecas Escolares de Albacete, los integrantes de ABIBA, a Luz María, mi Amparito Cuenca y mi Rosa Romero. A montones de ilustradores, escritores, editores, bibliotecarios, libreros, narradores orales, investigadores y mediadores de lectura. En definitiva a todos aquellos que me visitan y apoyan desde hace tiempo y a los que siempre estoy muy agradecido por difundir esta labor. 
Lo mejor de todo es que no faltara ni el Tato. ¿Se imaginan? Estaría bonito, muy bonito. Y más que vistoso, colorido.


“Ay, Román, mira que te gusta fantasear… ¡Que esto no va de discotecas! ¿Y los libros qué?” Se preguntarán. Y yo les respondo: los libros siempre están, porque los llevamos dentro.

¡Feliz verano!



*Todas las imágenes de esta entrada pertenecen al libro En la playa de Susanna Mattiangeli y Vessela Nikolova, editado en castellano por Patio Editorial.