sábado, 22 de enero de 2022

Volando y hablando


Una de las primeras cosas que aprendí en mis primeros días como universitario fue la de calcular la fuerza de sustentación que permite volar a las aves, un mecanismo físico producido por la acción de flujo a través de la superficie de sus alas. Aunque este proceso es el mismo en todas ellas, cada especie tiene su manera particular de hacerlo. Movimientos ascendentes y descendentes, planeando a modo de parapente, revoloteando incansablemente. Una forma de hacer suyo el cielo, como si de un lenguaje antiguo se tratase. Para comunicarse entre sí, para hablar con nosotros. Ese vuelo infinito que nos emboba con sus cadencias y versos.


Sobre el lienzo celeste
parecemos letras.
Garabateamos suspendidas en la nada.
El aire nos mece
improvisando nuevas formas
y, con cada giro,
el cielo cambia con nosotras.

Somos un alfabeto efímero,
el lenguaje secreto
de quienes aprendieron
a levantar la cabeza.
Basta con mirar a las nubes
y leer
las palabras de nuestra historia.

Fran Pintadera.
Palabras en el aire.
En: El vuelo infinito.
Ilustraciones de Alejandra Acosta.
2021. Pontevedra: Kalandraka.



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