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lunes, 8 de septiembre de 2008

Antígona y la educación de los ciudadanos


No suelo dedicarme a la lectura del género teatral… Excepto algunas obras de Shakespeare, Calderón de la Barca y Cervantes, no he leído demasiado, entre otros motivos porque se me hace algo difícil la comprensión de una obra que esta escrita para ser espectador más que lector (lo sé, soy un lector mediocre…). Pero esta semana, siguiendo una sugerencia de Luis Daniel González, toda una autoridad en lo que a LIJ se refiere, he hecho una excepción por el género y me he leído un drama, un señor drama, y comulgo con su opinión de que, Antígona (1), de Sófocles, uno de los dramaturgos clásicos griegos, es una obra más que vigente, ya que trata del enfrentamiento de los valores personales, la libertad individual, las creencias, el valor de los sentimientos y la figura de la familia, contra el poder del estado, la autoridad y el paternalismo de los gobiernos. También recomienda González su lectura como un punto de partida, como origen de una reflexión sobre la nueva asignatura que se ha enmarcado en la Educación Secundaria de nuestro país, “Educación para la Ciudadanía”, a lo que yo añado que, no sólo debe ser una lectura que incite al profesorado o al público en general a preguntarse sobre la adecuación de esta materia dentro del contexto educativo, sino una lectura obligada dentro de la misma para todo aquel alumno que la curse, si es que lo que pretenden las autoridades es formar ciudadanos, claro está… cosa que dudo.
Y para finalizar, una adenda: ¿es una necesidad educativa de primera magnitud crear y reglar una asignatura que dogmatice, que se interne en los principios del individuo? Es evidente que necesitamos nuevas estrategias que hagan frente a los cambios sociales, pero de ahí a que tenga que ser la Escuela la última responsable de hacer frente a esta realidad de propiedad comunitaria, va un trecho… Por no hablar del empeño del Estado en guiarnos como ovejas por linde... Pero en fin, habrá que aguantar que las autoridades intenten dirigir hasta “el rincón más íntimo del alma” (2), que no es poco.

(1) En: Tragedias. 1986. Sófocles. Editorial Gredos: Madrid. ISBN 84-249-0099-5
(2) De: El hereje. 1998. Miguel Delibes. Ediciones Destino: Barcelona. Col. Áncora y delfín. Vol. 827. ISBN 84-233-3036-2.

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