Sé que esta semana he estado demasiado ácido, así que, para terminarla, he decidido colocar una nota melancólica a este espacio.
Ya es Diciembre e, inexorablemente, las fiestas se acercan. Esta Navidad se presenta dura, sobre todo para aquellos que han perdido su trabajo en el transcurso de los últimos meses debido a esta profunda crisis que ha empezado a azotarnos. Los afortunados, entre los que me cuento, no solemos pensar en aquellos que no lo son tanto y seguimos viviendo con nuestros sueños aderezados de libros, de reuniones con amigos o de otras ocupaciones. También hemos de tener en cuenta que la vida sigue, y para ello, para enfrentarse a ella, hay que obtener fuerzas y un mínimo de esperanza, aunque sea de los libros, de libros como el que hoy les presento, La jardinera, en el que sus autores, Sarah Stewart y David Small, narran la historia de una niña, Lydia Gracia, que, durante la Gran Depresión, se marcha a vivir con su tío a la gran ciudad mientras su padre busca un empleo con el que poder mantener a toda la familia… No les adelanto más. Los libros son como sorpresas que pierden su esencia si alguien entreabre la tapa demasiado…
Ya es Diciembre e, inexorablemente, las fiestas se acercan. Esta Navidad se presenta dura, sobre todo para aquellos que han perdido su trabajo en el transcurso de los últimos meses debido a esta profunda crisis que ha empezado a azotarnos. Los afortunados, entre los que me cuento, no solemos pensar en aquellos que no lo son tanto y seguimos viviendo con nuestros sueños aderezados de libros, de reuniones con amigos o de otras ocupaciones. También hemos de tener en cuenta que la vida sigue, y para ello, para enfrentarse a ella, hay que obtener fuerzas y un mínimo de esperanza, aunque sea de los libros, de libros como el que hoy les presento, La jardinera, en el que sus autores, Sarah Stewart y David Small, narran la historia de una niña, Lydia Gracia, que, durante la Gran Depresión, se marcha a vivir con su tío a la gran ciudad mientras su padre busca un empleo con el que poder mantener a toda la familia… No les adelanto más. Los libros son como sorpresas que pierden su esencia si alguien entreabre la tapa demasiado…
Muy bonito, sí señor
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