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sábado, 4 de diciembre de 2010

Cuentos con sabor a arena


Señoras y señores, les comunico que con tal de olvidar tanta nieve y este frío invernal que asola el viejo continente, me marcho (si los controladores aéreos me dejan…) durante los venideros días de descanso a otras latitudes más cálidas, concretamente a la Marrakech de los cuentos (no sufran por mí, sólo háganlo si dentro de una semana no regreso por este lugar…). Por lo demás, les dejo con dos regalos: uno hecho de palabras que saben a sésamo y pistacho, a cilantro y cardamomo, y unas notas musicales que acompañen la salida del sol en estos días encapotados.
Feliz puente a todos.

Imaginemos la Plaza de Jama el-Fna de Marrakech en plena ebullición: allí están los culebreros, los domadores de animales, también hay curanderos y sacamuelas, más allá estan los danzantes, músicos, equilibristas, etc. Llega el cuentero apoyándose en un largo bastón. Elige un lugar y, con su bastón, dibuja un largo círculo en la tierra. Se coloca en el centro, atrae la atención de los presentes e inicia su cuento.
Imaginemos también el harén del palacio Dar el-Majzen, donde el sultán y su familia escuchan cuentos narrados por una vieja esclava o por una de las esposas, mientras toman un oloroso té con menta. O imaginemos las cocinas, donde las mujeres de la servidumbre de palacio esperan a que una mendiga ciega a la que han dado cobijo esa noche inicie la narración de una historia.


Extraído de la contraportada de: Cuentos y leyendas populares de Marruecos.
Autores anónimos.
Recopilados por la Doctora Légey.
Traducción al castellano de Antonio González Beltrán.
2009. Madrid: Siruela.

Banda sonora original de esta entrada: OST Kids Return. 1996. Joe Isaishi.

2 comentarios:

  1. ¡No tienes corazón! Decidnos estas cosas a los que nos quedamos tragando lluvia y frío...
    Saluditos, Miriam

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  2. Excelente reflexión, me encanta leerte siempre!

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