Si he de admitirlo, lo hago: me encantan los tacos. Brotan constantemente de mi lengua, de lo más profundo de las vísceras y de mi grácil corazón. No necesariamente son negativas las palabrotas -las hay que expresan alegría y son pocas las que usamos para amar-, pero en un alto porcentaje las nombramos durante un serio cabreo o cuando hablamos de temas peliagudos.
Muchas palabras soeces saben los subordinados y los jefes, los sabios e ignorantes, los de uno u otro confín, ricos y pobres, los que enseñan y los que aprenden, padres y también los hijos. Llamémosle “igualdad de palabra”, mejor dicho “de blasfemia”, una democracia que, al fin y al cabo, tan desagradable, nos define a unos y otros: visten el discurso diario, lo enfatizan y caracterizan.
Sólo les deseo un fin de semana cojonudo.
Muchas palabras soeces saben los subordinados y los jefes, los sabios e ignorantes, los de uno u otro confín, ricos y pobres, los que enseñan y los que aprenden, padres y también los hijos. Llamémosle “igualdad de palabra”, mejor dicho “de blasfemia”, una democracia que, al fin y al cabo, tan desagradable, nos define a unos y otros: visten el discurso diario, lo enfatizan y caracterizan.
Sólo les deseo un fin de semana cojonudo.
Una palabra
palabritera
despalabrábase
por la escalera.
¡Pobre palabra!
se apalabró
palabrincando
cada escalón.
Cayó de cola
la palabrisa y
palabrochóse
flor de paliza.
Despalabra
pala que brota
de ser palabra
ya es palabrota.
Silvia Schujer.
La palabrota.
En: Poemas con sol y son.
Ilustraciones de Vicky Ramos.
2001. Coedición Latinoamericana.
La palabrota.
En: Poemas con sol y son.
Ilustraciones de Vicky Ramos.
2001. Coedición Latinoamericana.
Hay tantas cosas que con solo una palabrota puedes expresar... Cuentan mucho y cuestan poco, ¿por qué están tan mal vistas? O mejor dicho, ¿tan mal oídas? Me ocurre una cosa curiosa cuando leo los artículos de Pérez Reverte, me suenan mal por la cantidad de tacos que escribe, dan agresividad a su discurso, y siempre pienso: ¡Con los muchos recursos literarios que tendrá este gachupino para expresarse y tiene que ser tan mal sonante! Sin embargo soy la primera en levantar la mano a la hora de soltar un taco en el momento adecuado. ¿No es curioso este fenómeno?
ResponderEliminarUna palabrota, usada en el momento oportuno, puede ser una maravilla. Lo mismo con los insultos, con gracia. Como con todo, no hay que abusar de su uso. Pero en realidad son palabras como cualquier otra, es una convención social, convención que con el tiempo puede cambiar. Que palabras como joder, coño, cojones...estén mal vistas tiene un trasfondo puritano.¡ Y mira tu que se pueden decir con gracia!
ResponderEliminarAunque hay contradicciones. Por ejemplo "cojonudo" tiene connotaciones positivas. "Hijo de puta" tiene connotaciones negativas, excepto si se dice en tono irónico, cariñoso, pero "de puta madre" tiene connotaciones positivas. Pero si haces un pequeño cambio y dices "su puta madre" o "tu puta madre" ya vuelve a tener connotaciones negativas. Es extraño esto del lenguaje con bastante frecuencia.
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