Y para finalizar este periplo por los grandes personajes de la ilustración infantil de finales del XIX y principios del XX, nos acercaremos a la vida y obra de un español, ese que da nombre a uno de los premios decanos en el álbum ilustrado nacional, Apel.les Mestres, artista polifacético dedicado al dibujo y la ilustración gráfica, la escritura o la música.
Apel.les Mestres y Oñós nació en Barcelona en 1854. Hijo de Josep Oriol Mestres, arquitecto que intervino en obras como la catedral y el Gran Teatre del Liceu, cursó el bachillerato en un colegio francés y más tarde en Llotja. Discípulo de pintores como Antoni Caba, Lluís Rigalt, Claudio Lorenzale y Ramon Martí i Alsina, pronto mostró gran afición por la caricatura.
Tras realizar numerosos viajes alrededor de España, Francia, Suiza e incluso Japón, entrando en contacto con los círculos culturales y artísticos, comienza en 1874 un álbum de dibujos titulado Libro verde, una especie de dietario con apuntes del natural: impresiones, retratos, actitudes humanas, indumentarias, detalles arquitectónicos o paisajes rurales. A partir de 1877 colabora en revistas catalanas y nacionales como La Luminaria de Nueva York, donde edita su primera historieta conocida hasta ahora, en La Campana de Gràcia, revista republicana, trabaja como dibujante de caricaturas y sátiras, y renueva incluso la cabecera, en la L'Esquella de la Torratxa, comienza a firmar con el anagrama compuesto de sus iniciales que tanto lo identifican, en La Publicitat, Avance, La Ilustración, La Tomasa, El Globo, La Velada, El Siglo, Blanco y Negro, El Gato Negro o Madrid Cómico.
El 1882 reúne en un libro, Cuentos vivos, las tres primeras historietas más o menos largas dibujadas y escritas por un autor a nivel español.
En 1885 se casó con la parisina, Laura Radénez, con quien no tuvo hijos. Un año más tarde abandonó la escritura a causa del agravamiento de una enfermedad que padecía desde hacía tiempo. El 1898 se recluyó con su esposa en una torre del pasaje Permanyer donde vivió dedicado a cuidar un jardín lleno de hortensias, hecho que le valió el título de “rey de las hortensias”.
En 1912 tuvo que abandonar el dibujo a causa de una afección a la vista. En 1914 se quedó casi ciego, lo que le obligó a dejar el dibujo y prácticamente la escritura, hasta que unos años más tarde, publicó canciones que le hicieron recuperar una gran popularidad
En 1920 muere su esposa Laura, a la que dedicó dos libros, y durante la madrugada del 19 de julio de 1936, recién iniciada la guerra civil, fallece él, siendo enterrado en el cementerio de Montjuic.
Fue investido con el título de maestro en gayo saber en 1908 al ganar tres premios ordinarios de los Juegos Florales, condecorado con la Croix de la Legión d'Honneur del gobierno francés por su actuación a favor de los aliados (1920) y con la Medalla d'Or de la ciudad de Barcelona (1935).
Apel.les concebía el libro como objeto de arte global, que le permitía escribir poemas, ilustrar los mismos, poner música, cuidar la calidad del papel, del color de la cubierta, de la distribución de la página, de las filigranas, de las orlas, de las letras, y del diseño de la encuadernación del libro. Ilustró gran cantidad de libros entre los que destacan Vobiscum, con ilustraciones de espíritu medieval propias de los incunables , y Liliana donde la técnica realista se sirve de la fantasía. Por estos dos libros se considera precursor de los modernistas e impulsor del diseño editorial, reivindicando la categoría artística de la figura poco considerada socialmente del dibujante. Sin duda, la obra gráfica de Mestres es una referencia obligada para conocer los orígenes del cómic español.
Apel.les Mestres y Oñós nació en Barcelona en 1854. Hijo de Josep Oriol Mestres, arquitecto que intervino en obras como la catedral y el Gran Teatre del Liceu, cursó el bachillerato en un colegio francés y más tarde en Llotja. Discípulo de pintores como Antoni Caba, Lluís Rigalt, Claudio Lorenzale y Ramon Martí i Alsina, pronto mostró gran afición por la caricatura.
Tras realizar numerosos viajes alrededor de España, Francia, Suiza e incluso Japón, entrando en contacto con los círculos culturales y artísticos, comienza en 1874 un álbum de dibujos titulado Libro verde, una especie de dietario con apuntes del natural: impresiones, retratos, actitudes humanas, indumentarias, detalles arquitectónicos o paisajes rurales. A partir de 1877 colabora en revistas catalanas y nacionales como La Luminaria de Nueva York, donde edita su primera historieta conocida hasta ahora, en La Campana de Gràcia, revista republicana, trabaja como dibujante de caricaturas y sátiras, y renueva incluso la cabecera, en la L'Esquella de la Torratxa, comienza a firmar con el anagrama compuesto de sus iniciales que tanto lo identifican, en La Publicitat, Avance, La Ilustración, La Tomasa, El Globo, La Velada, El Siglo, Blanco y Negro, El Gato Negro o Madrid Cómico.
El 1882 reúne en un libro, Cuentos vivos, las tres primeras historietas más o menos largas dibujadas y escritas por un autor a nivel español.
En 1885 se casó con la parisina, Laura Radénez, con quien no tuvo hijos. Un año más tarde abandonó la escritura a causa del agravamiento de una enfermedad que padecía desde hacía tiempo. El 1898 se recluyó con su esposa en una torre del pasaje Permanyer donde vivió dedicado a cuidar un jardín lleno de hortensias, hecho que le valió el título de “rey de las hortensias”.
En 1912 tuvo que abandonar el dibujo a causa de una afección a la vista. En 1914 se quedó casi ciego, lo que le obligó a dejar el dibujo y prácticamente la escritura, hasta que unos años más tarde, publicó canciones que le hicieron recuperar una gran popularidad
En 1920 muere su esposa Laura, a la que dedicó dos libros, y durante la madrugada del 19 de julio de 1936, recién iniciada la guerra civil, fallece él, siendo enterrado en el cementerio de Montjuic.
Fue investido con el título de maestro en gayo saber en 1908 al ganar tres premios ordinarios de los Juegos Florales, condecorado con la Croix de la Legión d'Honneur del gobierno francés por su actuación a favor de los aliados (1920) y con la Medalla d'Or de la ciudad de Barcelona (1935).
Apel.les concebía el libro como objeto de arte global, que le permitía escribir poemas, ilustrar los mismos, poner música, cuidar la calidad del papel, del color de la cubierta, de la distribución de la página, de las filigranas, de las orlas, de las letras, y del diseño de la encuadernación del libro. Ilustró gran cantidad de libros entre los que destacan Vobiscum, con ilustraciones de espíritu medieval propias de los incunables , y Liliana donde la técnica realista se sirve de la fantasía. Por estos dos libros se considera precursor de los modernistas e impulsor del diseño editorial, reivindicando la categoría artística de la figura poco considerada socialmente del dibujante. Sin duda, la obra gráfica de Mestres es una referencia obligada para conocer los orígenes del cómic español.
Qué pena que se acabe... Ha sido un auténtico placer...
ResponderEliminarMe alegro de que te haya gustado, Cristina... pero no te entristezcas: esta sección ¡VOLVERÁ!
ResponderEliminarUn abrazo
Me ha encantado este pequeño homenaje a Apel·les Mestres. Sus dibujos son exquisitos.
ResponderEliminarHola Núria. Gracias por el comentario. Al hilo de tu petición sobre la LIJ sueca y si la memoria no me falla, tienes dos reseñas de dos libros en este sitio: "Cuentos Suecos" de John Bauer y "El perro que perseguía una estrella" de Henning Mankell. Busca a estos dos autores en el listado de etiquetas.
ResponderEliminar¡Seguiré ampliando la oferta! Un saludo.