He caído en la cuenta de que no les he hablado de las
lecturas que me han acompañado durante el estío, un gran fallo que prefiero
solventar con la mayor celeridad posible… ¿Por qué no hoy?
Se ve que a todo el mundo le da por leer en verano… Bajo la
sombrilla, en el borde de la piscina, en la cola del paro… ¡Cualquier sitio es
bueno para olvidar el calor sumergiéndose en las páginas de un libro! Una
cuestión que bien recogen todos los estudios de mercado de las grandes
editoriales (¿sabían que el 80% del mercado editorial español –por no decir
iberoamericano- está controlado por cuatro casas editoriales?), ya que no hay ni
librería, ni papelería, por pequeña que sea, que prescinda de una serie de
títulos publicitados a bombo y platillo como “lecturas veraniegas”, esas que
también incluyen la mayor parte de los suplementos/programas literarios de
cualquier periódico, televisión o cadena radiofónica.
Aunque el negocio del papel, una materia prima mancillada
hasta la extenuación desde tiempos inmemoriales, se aproxima a su fin gracias a
la digitalización de todos los contenidos para los que sirve como soporte,
todavía tiene bastante cuerda, aunque sólo sea entre nostálgicos, fetichistas y
despistados lectores, lo que muchos escritores agradecerán con tal de vender su
morralla, que en vez de aderezar una buena fideuá, sirve de colchón intelectual
durante las tardes veraniegas. He aquí los ejemplos con los que se ha
despachado un servidor:
Rosa cándida de Auður Ava Ólafsdóttir (Alfaguara). A caballo
entre la “road movie” y el cine nórdico, ese que adolece de intimista y
contemplativo, este viaje iniciático de un Edipo adolescente que a la vez que
huye, intenta encontrarse consigo mismo, con su hija y la mujer que ama.
Evocador, extraño y a veces, cargante.
Un viaje de diez metros de Richard C. Morais (Seix Barral). Este entretenido sueño americano
a la europea de un cocinero indio, sin grandes expectativas y fácil de leer, es
de lo mejorcito del verano, tanto que se
llevará a la gran pantalla próximamente. ¡Sigue creciendo el binomio
literatura y cine!
Jesús me quiere de
David Safier (Seix Barral). En una palabra, insufrible. De lo peor que he leído
en mucho tiempo. Humor para beatos y gente básica (en el sentido intelectual de
la palabra). Me recuerdan a los monólogos de la Paramount Comedy a la europea…
Lo dicho: córtense las venas.
Es que, algo tiene el verano y los libros. Y no se lee lo mismo en la playa entre baño y baño y persiguiendo a los niños, que en casita en el sofá... Pero dicho esto, ¿cómo te has podido lanzar a un "Jesús me quiere". No sé, sólo el título ya suena un poco a coña... Con todos mis respetos. Tomo nota de la segunda recomendación. Gracias.
ResponderEliminarLe tengo muchas ganas a Un viaje de diez metros. A ver si lo compro de una vez.
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