Si
el pasado lunes hablábamos de novelas adultas con trasfondo infantil, hoy le
llega el turno a los álbumes ilustrados para adultos, otra realidad que ha
originado más de una discusión en este apasionado mundo lijero virtual.
Son
muchos los autores e ilustradores hoy consagrados que otrora alcanzaron la fama
y las superventas con libro-álbumes de cierta complejidad, un pelaje este que llama la atención no de los
pequeños lectores, sino de sus acaudalados progenitores. Quizá este hecho tiene
relación con las estudiadas campañas de publicidad y otras estrategias de
compra-venta de las firmas editoriales, una primera razón que hace elegir al
padre en vez de al niño.
El
segundo motivo para que álbumes como El
árbol rojo, de Shaun Tan, El hilo de la vida, de Davide Cali y
Serge Bloch, o Noche de tormenta, de
Michèle Lemieux, tengan un éxito arrollador, se debe al tratamiento de
emociones complejas. Si no me creen sólo tienen que abrir uno de estos libros e
interiorizar todas las propuestas sentimentales que nos ofrecen, dando así
buena cuenta de que son un viaje iniciático, de mayor o menor recorrido, a
través del cual pueden descubrir unas sensaciones que, por mucho que algunos
estudiosos de este tipo de literatura se quieran empeñar, un niño difícilmente
puede experimentar sin haberlas descubierto previamente, una cosa que, sin
lugar a dudas, necesita tiempo y madurez.
No
hay dos sin tres y, a mi juicio, la tercera de las razones es la
infantilización del mundo adulto. Por todos es sabido que en los países occidentales,
la llamada adolescencia, ese tramo de la vida en el que convergen la niñez y la
vida adulta, está viéndose prolongada por diversos factores que no voy a entrar
a enumerar. Los hombres y mujeres del primer mundo crecen más despacio que el
resto, sufren con más facilidad y se resisten a hacerle frente al quehacer
diario, un hecho que necesita de ansiolíticos, psicólogos y álbumes ilustrados
terapeúticos que armonicen anhelos personales y realidad tangible.
Por
último y sin menoscabo de las anteriores, hay que destacar el valor de la
imagen. Este mundo nuestro se está volviendo muy perezoso, un lento caminar que
aúpa a este tipo de libros donde las ilustraciones hablan en un solo vistazo,
añaden valor al texto y agradan al subconsciente, premisas que erigen a la
televisión e internet como las vías de comunicación del tercer milenio.
Seguramente
muchos de ustedes podrán añadir otros motivos que den explicación a este
fenómeno y que pueden añadir en sus comentarios a esta entrada. Mientras lo
hacen les dejo con Libros de un extraño árbol, una nueva editorial que
partiendo de una idea como la que he desglosado aquí hoy, publica libros
ilustrados para adultos, siendo el primero de sus títulos Por qué y para qué llueve, una propuesta de Miguel Cerro, editor
jefe e ilustrador.
On Monday, I talked about adult novels with childhood background, today
it is the turn of picture books for adults, another reality that has caused
more than a discussion in this passionate Children’s literature virtual world.
Many today authors and illustrators that once achieved fame with
book-selling picture books of some complexity, a feature for wealthy parents,
not for young readers. Perhaps this fact is related to the studied advertising
and other sales strategies of publishing firms, a first reason for choosing parent
instead of children.
The second reason why albums like The Red Tree, by Shaun Tan, I
Cant’t Wait of Life, by Davide Cali and
Serge Bloch, or Stormy Night, by Michèle
Lemieux, have an overwhelming success is due to the treatment of complex
emotions. If you do not believe me, just have to open one of these books and
internalize all sentimental proposals that they provide, giving a good account
of that are some initiatory trips, of varying route, through which you can
discover feelings that a child may experience difficulty without having
previously discovered something, no doubt, that takes time and maturity.
Never two without three, in my opinion, the third reason is the
infantilization of the adult world. Everyone knows that in first world
countries, adolescence, this stage of life in which converge childhood and
adult life, is being viewed long by various factors. The men and women of the
first world grow more slowly than the rest, suffer more easily and cannot resist
daily work, a fact that needs of anxiolytics, psychologists and therapeutic
picture books that harmonize personal desires and tangible reality.
Finally, and without prejudice to the above, we must highlight the value
of the image. Our world is getting very lazy, slow walk to extol these books
where illustrations speak at a glance, add value to the text and please the
subconscious, premises that erected to television and the Internet as third millennium
mass media.
Many of you may add comments and other reasons to give explanation to
this phenomenon.Meanwhile I leave you with Libros de un extraño árbol, a new
editorial that is based on today ideas: publishing picture books for adults. The
first of its titles, Por qué y para qué llueve, a Miguel Cerro proposal.