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miércoles, 1 de mayo de 2013

¿Paro o trabajo juvenil?




Y hoy, día del trabajo, ¿quién dice que los jóvenes de este país no quieren poner freno a la tasa de desempleo juvenil más elevada en los confines del viejo continente? Por lo que veo en televisión son muchos los jóvenes que acuden a “Hombres, Mujeres y Viveversa” para hacerse de oro comportándose como meretrices de cierto caché o, por el contrario, labrarse un futuro en el papel couché, el ocio nocturno o el mundo de la prostitución. A ello debemos sumar todos esos programas de periodismo de ¿investigación? que nos regala “Telecincué” y “2x2”, los que, paseándose por burdeles, macrodiscotecas y playas, o regalándoles a sus padres tremendas zurras, dan buena muestra del negociazo que supone irse de putas, comerciar con metanfetamina en cristal o lucir tanga.
No emularé a mi abuela diciendo que es una vergüenza, ya que los actores de esta realidad no tienen el más mínimo pudor a la hora de mostrarla, pero si me gustaría gritar que: ¡Así nos va! ¡Y nadie pone remedio!
Muchos son los viandantes que los escudan tras la crisis, esa que, además de desindustrializar el país, ha condenado a la miseria cultural a una caterva de anormales (creo incluso que podríamos decir “normales” dada su abundancia) que no terminaron la secundaria en pro del gimnasio y la batuka, los batidos proteícos, la Play Station®, la ropa de quita y pon, el sexo sin protección, el lomo con patatas y los espaguetis, y los móviles de última generación.
Si comparamos esta propaganda juvenil (una palabra seguramente más definitoria) televisiva, con la de otros países desarrollados, seguramente constatemos que, a pesar de imágenes similares a la nuestra, no se detienen en apologías de la casquería. Gente sana, con ideas, emprendedora, que sufre a diario por labrarse un futuro, deportistas, soñadores y creativos, llenan los mensajes que se envían al futuro, ya que, para intentar ser mejores, lo primero es CREERLO.
Como ejemplos de esta cultura y comunicación dirigida a las masas les presento dos libros que, aunque no pueden recibir el calificativo de obras maestras, me han encantado por su interdisciplinariedad (literatura y ciencia), un mensaje dirigido a preadolescentes vivos y trasnochados, y un lenguaje cercano. Por ello, Las obras escogidas de T.S. Spivet (Reif Larsen – Editorial Seix Barral) una “train movie” a caballo entre dos dramas personales y con carácter de viaje iniciático, y La evolución de Calpurnia Tate (Jacqueline Kelly – Editorial Roca), una historia femenina sobre la necesidad de saber, conocer e investigar en un mundo científico circunscrito a los hombres, además de deleitar a evolucionistas y biólogos, se erigen como ejemplo de lucha por un mundo mejor.

1 comentario:

  1. Una de cal y otra de arena. Con todo, si he de decantarme por una opción es por la fe en la humanidad, de modo que se agradece que saques a la luz la labor de estos autores.

    Un saludo,
    Isa Romero Cortijo.

    "Pablito" está a punto de nacer...

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