Empezando
por Bárcenas y terminando por la trama de los E.R.E. andaluces, ni qué decir
tiene que la reputación de esta absurda nación siempre queda en entredicho.
Sindicalistas que insultan a los magistrados, padres adoptivos que asesinan a
sus hijos, desempleados nacionalistas que vociferan el querer ser españoles y
un otoño a treinta grados centígrados… ¡No hay más que hablar! Queda para
sentencia el eslogan de “España es un total disparate”..., a menos que se siga
escuchando desde el cielo las coplas del gran Manolo Escobar.
Este
era un país un día
donde
todo iba al revés,
el
sol de noche salía,
el
cielo estaba en los pies.
El
perro llevaba al dueño
amarrado
con mecate;
todo
reflejaba el sueño
de
un profundo disparate.
La
gente calzaba platos
de
mantel era su ropa,
y
en la mesa los zapatos
estaban
llenos de sopa.
[…]
Eugenio Montejo.
Disparate.
Ilustraciones de Gerald Espinoza.
2013. Caracas: Ekaré.
Este "Disparate" es bello y poético. Y el de España es ruin y mentecato...
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