Esto
de la democracia tiene que ver más con la complicidad que con la libertad, algo
que constatan todos aquellos que, obligados por el deber, pasan el domingo
apostillados en una mesa electoral cantando nombres, apellidos y alguna que
otra salve, algo que también ustedes, votantes (lo mío con la papeleta no ha
cuajado este viaje), habrán notado durante la pasada jornada.
Votan
los recién graduados en esto de la mayoría de edad (la juventud, ilusa…); votan
los miembros de los partidos políticos y otros pesebristas afines (con la
comida no se juega); votan los ociosos (¿porqué no se irán al campo a asar
chuletas); votan los alcahuetes (vigilando y apuntando por si luego hay guerras
en las que denunciar al vecino); votan los despistados (pasaba por aquí y me he
acordado…); votan los íntegros (¡Derechos al poder!); votan los informados (¡Qué
pena que estos no abunden!); votan los prácticos (por aquello del voto útil);
votan los enteraos (¡que hay bastantes…!); y votan los ignorantes (para
sentirse más importantes… Les podrían dar alguna licenciatura…).
Pese
a todo ello, el euroescepticismo se lleva la mayoría absoluta y deja entrever
fisuras en ese proyecto que es Europa (las rupturas siempre asoman cuando las
crisis, tanto económicas, como sociales, se acentúan). Son pocos los creyentes
en una unión del Viejo Mundo, ese continente que inventó occidente, más que
nada por la miseria que viven unos y el triunfo de otros y el enriquecimiento
de una clase política que, día tras día, se envilecen más por un poder efímero
que por las ansias de trabajar en pro del ciudadano, un servicio para el que
nacieron en la Grecia antigua.
Seguramente
a muchos de ustedes no les gustará una disertación como la de hoy (últimamente
se avivan las críticas hacía mis descabelladas ideas… ¿Será bueno o malo? ¿Querrán
la censura?), por ello traigo hoy a modo de apoyo El rey de los animales de Miguel Tanco (Editorial La Fragatina), un
libro ilustrado que aboga por ese clásico mensaje de “los mismos perros con
distintos collares” y bajo el que subyace un complejo mensaje sobre la
democracia, el derecho a elegir y las ansias de poder, que bien mirado, está
más de actualidad que nunca, a pesar de que durante el pasado fin de semana las
miradas han estado muy atentas al fútbol, algo de lo que me alegro (¡Albacete
Balompié de nuevo en Segunda División y Forza Atleti manque pierda!).
Aúpa Atleti!!!
ResponderEliminarInteresante libro...
Y no dejes de ser libre...