Andaba yo este verano en
la biblioteca haciendo una base de datos (de helechos cheilanthoides,
¡no se vayan a pensar que era de libros!) y, entre usuario y
usuario, vino la Amparito (¡un saludo desde este lugar, Amparo!) a
darme palique un rato... La cosa derivó en libros para niños (un
clásico básico) y nos pusimos al quite divagando sobre uno de los
paradigmas de la LIJ, “¿Qué libros gustan a los niños?”
Difícil cuestión y más difícil todavía la respuesta... Es por
ello que la retomo este lunes en el que muchos padres, maestros,
bibliotecarios, libreros y enteraos lijeros continúan el fin de
semana, y que de paso nos echen una mano a desenredar el entuerto...
La Amparito y yo decíamos
que, por mucho que nos empeñemos en presentar a los críos álbumes
ilustrados con imágenes y temas un tanto transgresores, estos
lectores prefieren devorar su lecturas de líneas vulgares, llenas de
clichés y colores brillantes. “¿Por qué será?” nos
preguntábamos. Y ahí voy yo con la respuesta...
Lo de la pigmentación,
seguramente se deberá a una percepción primaria de la imagen en la
que un libro elaborado con una carta de colores elementales (y quizá
también algo estridentes) llama más la atención del lector que un
libro ilustrado con tonos medios y una paleta de color más apagada.
Si nos fijamos en los libros dirigidos a prelectores, esta
característica se hace más patente (mucha simplicidad en cuanto a
formas y patrones de color se refiere), algo que nos hace pensar que,
en las escuelas de ilustración y las facultades de bellas artes este
tema ha sido mirado y remirado (N.B.: Respecto a la parcela biológica
me gustaría apuntar que hace años, en cierta clase universitaria,
escuché que la naturaleza reviste a los organismos, plantas o
animales, venenosos de una coloración primaria -sobre todo amarillo,
rojo, azul y verde- para alertar de ello, ¿tendrá algo que ver con
lo que acabo de exponer sobre la génesis de la visión infantil?...
Ahí lo dejo por si algún sabio nos quiere ilustrar sobre ello en los
comentarios).
Respecto a las líneas y
figuras, me gustaría decir que, tras mucho observar a niños leer,
desmembrar libros y dibujar montones de estampas y fichas, nuestros
locos bajitos tienen verdadera pasión por el círculo y la curva,
por lo sinuoso, lo arqueado, en el sentido literal del trazo. Si no,
¿a cuento de qué se iba a hacer de oro Walt Disney? ¿Por qué
siguen triunfando Mortadelo o Asterix? ¿Y los dibujos animados
nipones?... Está claro que el estilo caricaturesco es el que más
agrada a los primeros lectores y que la mayor parte de los grandes
éxitos de ventas de los últimos años están íntimamente ligados
con personajes “redondos” o estilos de ilustración dinámicos
(siempre he percibido los ángulos más estáticos... manías de
uno). También hay que llamar la atención sobre los volúmenes... La
mirada infantil es eminentemente bidimensional y se prescinde de las
sombras y la profundidad (sobre todo de las figuras, no así de los
planos puesto que se suelen diferenciar), así que olvídense de
perspectivas cinematográficas y otros añadidos volubles, aquí lo
que mola es el alto y el ancho.
Sobre los argumentos, la
literatura que suele tener más aceptación entre el público
infantil es aquella con bastantes pinceladas de humor (se ve que a
todos nos gusta pasárnoslo bien), bastante somera (lo de ahondar en
los grandes problemas de la humanidad es una parcela para los
adultos), cotidiana (mucha casa, escuela y parque), absurda (la
gracia de lo surrealista tiene su puntito) o fantástica (¿a quién no
le gusta evadirse un poco de lo mismo de siempre?), y, casi siempre,
inofensiva (les remito AQUÍ para más señas).
Después de este análisis
de andar por casa dirán ustedes: ¿y para qué tanta lista temática,
recomendación de lectura y espacio especializado, si al final, ellos
saben rotundamente lo que quieren?
La verdad es que a pesar
de que los manejantes de la LIJ (siempre adultos, añado) nos
empeñemos en abrir los ojos y la mente de los niños (a veces esto
suena a una especie de lobotomía), ellos soportan el chaparrón y
siguen teniendo sus preferencias bastante claras, lo que lleva
consigo que muchos aboguen por dejarlos a sus anchas (los dibujos
animados, las tiras cómicas, las series basadas en muñecas y los
“activity books” de los chinos, no constituyen una dieta muy
equilibrada para el córtex cerebral... ¡A pique de sufrir un empacho
con fritanga de papel impreso de tres al cuarto!).
No obstante y si
menospreciar esta corriente más libertaria, también es cierto que
un hecho cultural como es la lectura, pasa por “educar la mirada”
de aquellos que van a recibir ese legado (en este caso literario), y
que, como cualquier otro proceso educativo, pasa por la
obligatoriedad, la resignación y la costumbre (acuérdense de las
odiadas legumbres y las verduras de su niñez, y de lo mucho que hoy
las valoran..., ¡con lo que me gustan las patatas fritas con huevo,
la pasta y el magro!). Algo que deben tener muy en cuenta los
mediadores entre el niño y el libro a la hora de desarrollar
estrategias que faciliten esa comunión. Es por ello que debemos
sugerir lecturas graduales, tanto visuales, como verbales, fomentar
la literatura plural, versátil y diversa, abogar por la calidad y
barajar múltiples cauces para dirigir la adquisición del hábito;
pero siempre debemos tener presente que, cuando a un lector (pequeño
o grande) aparca un libro, quieto hay que dejarlo.
Acabó de hacer una encuesta rápida a mi hija: los dos libros ilustrados que más le gustan están llenos de animales, colores y tactos... Y no se los he comprado yo...
ResponderEliminarEso sí, hemos leído muchos que a mí sí me han gustado. Me parto.
Creó que por mucho que yo le enseñe, ella tiene su propio gusto. Pero al final, todo queda en la retina. Como dices, cuanto más y más variado, mejor.
¿Ves? Ahí hay algo que falla y hay que decirlo... Pero bueno, mientras lean, no es poco...
ResponderEliminarLos que orientamos estamos obligados a ofrecer variedad y calidad. Pero orientamos, no manipulamos. Desde bien pequeños tenemos nuestro propio criterio que desarrollamos no sólo influidos por nuestros padres, sino también por nuestros profes, nuestros amigos, y por una sociedad que nos bombardea en rosa y negro.
ResponderEliminarME HA GUSTADO MUCHO ESTE BLOG.
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