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miércoles, 30 de noviembre de 2016

¡CLAPeando de contento!


No sé qué me pasa, pero últimamente todo mi mundo hace CLAP... Hacen CLAP mis alumnos , mi familia y mis amigos. Hasta los dependientes hacen CLAP (¡Qué sonrientes y qué gusto da ir a comprar un poco de pan!) y los camareros también llevan CLAPeando unas semanas. El otro día noté como un futuro Mateo CLAPeaba en el vientre de su madre. Salma y Nora hacen CLAP a todas horas con cualquier cacharro. ¿Lo escuchan? Mi corazón... CLAP, CLAP, CLAP, CLAP..., sin parar, como un metrónomo, como cientos de aplausos. Quizá es una señal de que algo grande se avecina ¿Quizá una semana llena de días festivos? ¿O será la Navidad? (Me encanta aunque no la practique). Ya veremos... El caso es que: CLAP, CLAP, CLAP ¡sin cesar!... ¡Un momento! Alguien se acerca... “¡SHHHH! ¿Puede usted parar ya? ¡Qué manía de alborotar!” “Disculpe, señora...” digo flojito mientras callo en voz alta: ¡Déjenme sonar a ritmo del CLAP CLAP! Ese CLAP que me suena a gotas de lluvia (¿O eso era PLOP, PLOP? ¿O quizás CLIN, CLIN?), a cuando alguien se acerca, a cuando la brisa del mar ventea la ropa tendida al abrigo del sol... ¡A puro movimiento! Las alas de una gaviota suenan a CLAP (las de algunas mariposas también). ¡CLAP! Cuando alguien termina la partida de dominó. Y de CLAP en CLAP se me pasan los minutos, las horas, hasta que cansado de leer, la tapa del libro hace CLAP...




No me extraña que, con tanto dinamismo (¡Cuánto salto y brinco! ¡Cuánto despiporre!), a Madalena Matoso le haya dado por darle forma a El libro que hace clap. Publicado por Fulgencio Pimentel, este álbum es una de esas maravillas (¡Atención! ¡Que no suelo usar palabras como esta!) que nos han traído las últimas semanas. Sólo les digo que me topé con ella en una lluviosa mañana otoñal, y llenó de colores el cielo. El calorcito llegó después, cuando de tanto CLAP, el organismo entró en combustión. No se lo piensen: te pone frenético y te vuelve loco. Sólo se me ocurre dedicarle varios CLAP a su autora (¡Fantástico ese diseño de personajes de líneas básicas con ejes de simetría y movimiento!) y a la editorial que nos lo ha traído a España para, por supuesto, compartirlo con todos nosotros. ¡Que tiene mucho peligro este libro lleno de onomatopeyas! Léanlo con moderación y no se atiborren de él, o les pasará como a un servidor... CLAP, CLAP, CLAP...


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