No sé qué me pasa, pero
últimamente todo mi mundo hace CLAP... Hacen CLAP mis alumnos , mi
familia y mis amigos. Hasta los dependientes hacen CLAP (¡Qué
sonrientes y qué gusto da ir a comprar un poco de pan!) y los
camareros también llevan CLAPeando unas semanas. El otro día noté
como un futuro Mateo CLAPeaba en el vientre de su madre. Salma y Nora
hacen CLAP a todas horas con cualquier cacharro. ¿Lo escuchan? Mi
corazón... CLAP, CLAP, CLAP, CLAP..., sin parar, como un metrónomo,
como cientos de aplausos. Quizá es una señal de que algo grande se
avecina ¿Quizá una semana llena de días festivos? ¿O será la
Navidad? (Me encanta aunque no la practique). Ya veremos... El caso
es que: CLAP, CLAP, CLAP ¡sin cesar!... ¡Un momento! Alguien se
acerca... “¡SHHHH! ¿Puede usted parar ya? ¡Qué manía de
alborotar!” “Disculpe, señora...” digo flojito mientras
callo en voz alta: ¡Déjenme sonar a ritmo del CLAP CLAP! Ese CLAP
que me suena a gotas de lluvia (¿O eso era PLOP, PLOP? ¿O quizás
CLIN, CLIN?), a cuando alguien se acerca, a cuando la brisa del mar
ventea la ropa tendida al abrigo del sol... ¡A puro movimiento! Las
alas de una gaviota suenan a CLAP (las de algunas mariposas también).
¡CLAP! Cuando alguien termina la partida de dominó. Y de CLAP en
CLAP se me pasan los minutos, las horas, hasta que cansado de leer,
la tapa del libro hace CLAP...
No
me extraña que, con tanto dinamismo (¡Cuánto salto y brinco! ¡Cuánto despiporre!), a Madalena Matoso le haya dado por darle
forma a El libro que hace clap.
Publicado por Fulgencio Pimentel, este álbum es una de esas
maravillas (¡Atención! ¡Que no suelo usar palabras como esta!) que
nos han traído las últimas semanas. Sólo les digo que me topé con
ella en una lluviosa mañana otoñal, y llenó de colores el cielo.
El calorcito llegó después, cuando de tanto CLAP, el organismo
entró en combustión. No se lo piensen: te pone frenético y te
vuelve loco. Sólo se me ocurre dedicarle varios CLAP a su autora
(¡Fantástico ese diseño de personajes de líneas básicas con ejes
de simetría y movimiento!) y a la editorial que nos lo ha traído a
España para, por supuesto, compartirlo con todos nosotros. ¡Que
tiene mucho peligro este libro lleno de onomatopeyas! Léanlo con
moderación y no se atiborren de él, o les pasará como a un
servidor... CLAP, CLAP, CLAP...
CLAPeando de alegría después de leer este post... ;)
ResponderEliminar