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viernes, 18 de noviembre de 2016

Reparando sueños


Hay mil maneras de romper un sueño. Unos se quiebran a base de puntapiés, mientras que otros lo hacen delicadamente: y a costa de un beso inesperado. Hay sueños de unos que destrozan sueños de otros, los peor parados. Hay sueños que se desinflan con el paso del tiempo y otros que revientan de éxito desmesurado. Los hay que se estampan con la cruda realidad y otros que se van construyendo paso a paso. También tenemos los que no paran de batir las alas y se pierden en un vuelo, a los desnutridos, a los que merman a mordiscos... ¡Cuiden a sus sueños! ¡Estoy harto de verlos tullidos y desamparados!... No se olviden de alimentarlos, acurrúquense junto a ellos en invierno y mójenlos en verano, y, si ven la mínima fisura, acudan al médico, el sabrá cómo repararlos...

Con hilo de coser o pegamento
y aquel temblor que has de robarle al viento.

Migas de pan o una cinta adhesiva
y un poco de ilusión que aún esté viva.

Tal vez cemento o barro de montaña
bien mezclado con lluvia del mañana.

Con risas, plastilina y alboroto
-te digo, te aseguro y te lo anoto-,
se puede reparar un sueño roto.

Mar Benegas.
Canción para reparar sueños rotos.
En: ¿Qué soñarán las camas?
Ilustraciones de Ester García.
2016. Alicante: Libre Albedrío.


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