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miércoles, 29 de diciembre de 2021

Una buena tanda de narrativa infantil y juvenil


A excepción de alguna incursión en el álbum narrativo, hace más de un año y medio que no recomiendo narrativa infantil ni juvenil. ¡Y no será porque no he leído! Les recuerdo que tuvimos un largo confinamiento, dos veranos y un invierno de lo más aburrido para aupar la lectura. El que no lo haya hecho es porque no ha querido o ha caído en las garras de las series de ficción televisivas.
Para resarcirme de mi falta y como antesala a la selección más esperada (sí, mañana publico el listado de mis álbumes de ficción favoritos de este 2021), aquí les traigo un buen puñado de recomendaciones para niños ya talluditos y preadolescentes imposibles de manera que puedan agasajarles con algo de lectura durante estos días de recogimiento vírico.
En esta ocasión he decidido presentarlos al tuntún. Me he leído todos ellos y puedo afirmar que todos son buenos. Es cierto que tengo mis favoritos (les he propinado tres estrellas), pero también les aviso de que siento debilidad por algunos géneros, así que no se guíen por su brillo si ustedes prefieren historias realistas o novela negra.
Les dejo con ellos. ¡Que los disfruten!



Ursula K. Le Guin. 2019. Catwings. Las aventuras de los gatos alados. Ilustraciones de S. D. Schindler. Flamboyant. (***) La editorial Flamboyant rescató hace un par de años esta serie de relatos que la recientemente fallecida Ursula K. Le Guin escribió entre 1988 y 1999. En él encontramos a Telma, Harriet, James y Roger, una camada de gatos que nacen con un par de alas en el lomo, una característica que, además de hacerlos diferentes de su madre, la gata callejera Jane Tabby, es el resorte narrativo que propicia sendas aventuras. Ilustradas magistralmente por S. D. Schindler, no se las pueden perder.



Margaret Atwood. 2020. Tres historias extravagantes. Ilustraciones de Dusan Petricic. Duomo. (***) Supongo que sabrán quién es Margaret Atwood… Sí, la autora de El cuento de la criada, la novela en la que se basa la famosa serie de televisión. Si aparcamos las distopías y nos centramos en este libro, encontraremos tres historias muy alocadas donde la aliteración tiene un peso sustancial en su lenguaje narrativo, algo que deja entrever la calidad de la prosa de esta señora y de paso nos divierte con las peripecias de Ramsey, Bob y Vera.



Jean-Claude Mourlevat. 2020. Jefferson. Nórdica. (***) Si les gustan Sherlock Holmes y Watson o Don Quijote y Sancho Panza, esta es su novela (o al menos eso pienso). Todo un éxito en Francia, Jefferson es una historia de intriga y suspense que gira en torno a un misterioso asesinato. Es así como el protagonista principal, un erizo llamado Jefferson, y un buen amigo, el cerdo Gilbert, se embarcan en una aventura con muchas dosis de humor y acción. Si bien es cierto que la trama no es muy enrevesada, tiene elementos muy sugerentes donde la idiosincrasia animal (si es que esto existe) y la humano se entremezclan, incluso en temas tan polémicos como el maltrato animal o el consumo de carne.



Andi Sheperd. 2019. El niño que criaba dragones. Ilustraciones de Sara Ogilvie. Milenio. Thomas está cuidando el jardín del abuelo cuando descubre una planta vieja y extraña. No le da mucha importancia, coge uno de los frutos y se los lleva a casa. Para su sorpresa, la fruta se abre y sale de su interior un dragón diminuto. Thomas está entusiasmado. ¡Su propio dragón! Los dragones son fantásticos, pero como todo en la vida, pueden tener su lado malo. Descubre cuál es en esta historia tan amena que recuerda a otras de sobra conocidas. Y no olvides la moraleja: si te llevas una pitahaya a tu casa, mírala bien no sea que te comas un dragón.



Erna Sassen. 2019. Un indio como tú y yo. Ilustraciones de Martjin van der Linden. TakaTuka. Boaz en un niño bastante solitario que vive obsesionado por el modus vivendi de los indios nativos de Norteamérica. Cuando Aisha, una alumna nueva procedente de Siria se sienta a su lado, Boaz cree que es una verdadera sioux. Juntos y gracias a un trabajo sobre los mayas, establecerán una relación de amistad fundamentada en los dibujos de Aisha y las interpretaciones que Boaz realiza. Un libro entrañable que habla de la emigración, las diferencias culturales y, sobre todo, de la necesidad de ser comprendido familiar y socialmente. Un libro sencillito que cala hondo y me ha recordado en parte a Mi hermana vive sobre la repisa de la chimenea.



Eva Mejuto. 2019. 22 segundos. Lóguez. Llego hasta uno de esos libros que se deberían recomendar en más de un instituto de secundaria, no sólo por la temática (un chico transgénero), sino por la gran cantidad de temas que subyacen a esta historia, como el ciberbullying o la educación sexual. Veintidós segundos es el tiempo que tarda en subirse el video en el que Alex explica momentos de su infancia y adolescencia como joven transexual. Veintidós segundos que le golpean en la cara con una bofetada de realidad, la de un mundo que no le comprende ni le acoge a pesar de que todo el mundo dice ser muy tolerante y políticamente correcto. Menos mal que una madre comprensiva y una fiel amiga hacen que las piezas vayan encajando.





Lafcadio Hearn. 2019. Historias de fantasmas de Japón / Espíritus y criaturas de Japón. Ilustraciones de Benjamin Lacombe. Edelvives. El otro día hablaba con una seguidora sobre el arte de Lacombe. Ella me confesaba que no le decía mucho. Yo le dije que para gustos los colores y le apunté que como ilustrador narrativo era muy bueno, sobre todo porque sabía acompañar muy bien los textos e historias de otros. He aquí dos ejemplos de ambientación poética a la japonesa sobre la prosa de Lafcadio Hern, donde hace todo un alarde en lo que artes decorativas se refiere y se deja llevar por ese universo oriental que tanto le gusta.



Iban Barrenetxea. 2021. Andanzas de un flautista llamado Tristrás. Nórdica. (***) Llegamos a una de las sorpresas de este curso de la mano del autor vasco y su Tristás, un personaje digno de una comedia y claro heredero de los juglares y buscavidas barrocos. Si bien es cierto que me recuerda un pelín al barón Munchaussen. Un tanto barroco, este intrépido flautista con vis de juglar moderno, se sumerge en una serie de pericias y (des)dichas que arrancan carcajadas a diestro y siniestro. Un texto que homenajea a los libros de aventuras y que se hace acompañar de unas ilustraciones alegres y detallistas.



Jorn Lier Horst. 2021. El misterio de la salamandra. Duomo. Esta propuesta es una mezcla entre las novelas de adolecentes entrometidos (véanse sagas como Los Cinco o películas como Los Goonies) y la novela negra nórdica. Chicos más listos que un cepo, asesinatos y una atmósfera muy lúgubre (es lo que tienen estos autores del norte de Europa), son los ingredientes ideales para desarrollar una aventura llena de intriga y pesquisas detectivescas que lanzan al lector a convertirse en otro protagonista más.



Roddy Doyle. 2020. El método chof. Ilustraciones de Brian Ajhar. Blackie Books.(***) Seguramente ya conocen este libro porque fue una de las sorpresas editoriales del año pasado y lo encontrarían recomendado hasta en la sopa. Pues hoy me toca el turno a mí diciéndoles que, si bien es cierto que tiene su parte escatológica, este libro ahonda en las miserias familiares de unos chavales que ven como sus padres no les prestan demasiada atención. Bebiendo de la tradición irlandesa (los personajillos me recuerdan a leprechaun), esta novelita cómica tiene tanto o más que decirle a los adultos como a los niños.



Christoph Hein. 2021. Todo lo que necesitas. Ilustraciones de Rotraut Susanne Berner. Lóguez. (***) No sé si alguna vez os habéis preguntado qué es lo que realmente importa en la vida. Cada uno tendrá sus respuestas que quizá coincidan (o no) con las del autor de este libro. Una mirada simpática, una pandilla de amigos, una habitación, una madre que está para lo bueno y para lo malo, una cama, un cumpleaños e incluso o un animal de peluche al que puedes abrazar en mitad de la noche. Materiales o inmateriales, el autor justifica sus elecciones con pequeños textos mitad poéticos, mitad autobiográficos en los que, con cierta humor, atraviesan la mirada del lector perspicaz. Atención, lectores monstruosos, les aviso de que algunas de estas razones pueden producir carcajadas o lágrimas de emoción.



Jutta Bauer. 2021. Gato Liam. Lóguez. Aunque está protagonizado por un gato, habla más de humanos que de otra cosa, he ahí la razón por la que le he dado una oportunidad a este libro de la siempre perspicaz Jutta Bauer. Liam es un gato grade y atigrado que lleva montones de años observando a los hombres, unos que, según su criterio, no tienen ni idea de cómo funciona la vida. He aquí sus reflexiones sobre temas muy variados que nos pueden hacer llorar o sacarnos una sonrisa. ¡Ah, para los amantes de los gatos también sirve!



Anna Sakowicz. 2021. Cartas al señor A. Ilustrado por Ewa Beniak-Haremska. Thule. Sí, la A se refiere a Alzheimer, esa enfermedad neurodegenerativa que sufren muchas personas, generalmente ancianos que tiene como consecuencia la pérdida de memoria, movilidad, autonomía y comunicación. Desde el género epistolar, este libro nos adentra en la evolución de una enfermedad de nuestro tiempo y cómo altera la realidad de una familia cualquiera, en este caso la de Anielka, la autora de estas misivas. Triste aunque delicado.



Amy Timberlake. 2021. Mofeto y Tejón. Ilustrado por Jon Klassen. Flamboyant. (***). Aunque la caracterización de los personajes es bastante típica (si Tejón es un experto en minerales, obseso del orden y el silencio, Mofeto es un tipo muy dicharachero, espontáneo y romántico), esta comedia de enredo funciona a la perfección entre los pequeños lectores. Saca más de una sonrisa y nos mantiene atentos a los acontecimientos donde los giros inesperados y un buen ritmo, son las mejores bazas. La verdad es que la tía llevaba razón, ¿no creen? Cuando lo lean me dan su opinión.



Katja Gehrmann. 2021. Oso de ciudad. Lóguez. Aquí uno de esos álbumes narrativos para críos que empiezan a leer con mayor fluidez. Un oso llega a la ciudad gracias a la intervención de un halcón que le vende muy bien la moto. “Cuevas cálidas, comida deliciosa y no hay cazadores” argumenta. Poco a poco se va topando con otros amigos del bosque que han emigrado del medio natural. Como es imposible que un oso pase desapercibido, el resto de animales intentarán por todos los medios que no los delate. Ellos viven de lujo y no quieren que nadie les hunda el chollo. Un libro con pinceladas de humor y mensaje pro-naturaleza.



Mónica Montañés. Los distintos. Ilustraciones de Eva Sánchez Gómez. Ekaré. Aunque el tema de la Guerra Civil española en los libros infantiles me aburre hasta la saciedad (Ya se podría hablar de otros conflictos bélicos, dejar tranquilitos a rojos y azules, y ahondar en la concordia…), he de decir que este es un libro muy bien traído. Cortito pero con una edición fantástica se adentra en los conflictos, generalmente vecinales y familiares, que surgieron tras la contienda, debido al odio y el revanchismo. Una historia cotidiana que aborda las diferencias humanas desde una perspectiva cercana. Las ilustraciones, una maravilla.



Alan Gratz. 2021. Amy y la biblioteca secreta. TakaTuka. Si son ustedes bibliotecarias, este es uno de esos libros necesarios, no sólo porque el autor se lo dedicó a todos estos profesionales, sino porque pone en tela de juicio la censura en la literatura. El libro favorito de Amy desaparece de su lugar en la biblioteca. La bibliotecaria ha tenido que retirarlo. Ese es el comienzo de una serie de desapariciones de algunos libros que más gustan,  ¿quién estará detrás de este despropósito? ¿Lo averiguará Amy? En esta historia se citan y forman parte del hilo argumental muchas obras de la LIJ que han sido censuradas en diferentes épocas y zonas de Estados Unidos, algo sobre lo que los traductores nos hacen unas consideraciones necesarias que deben tener en cuenta.



William Steig. 2021. El gran viaje de Dominic. Blackie Books. Supongo que ya sabrán que William Steig es un mago a la hora de escribir historias con enjundia y esta no podía ser menos. Recordando al Dídola Pidola Pon de Maurice Sendak, Dominic, el protagonista, harto de una vida sosa y aburrida, coge su sombrero favorito, hace un hatillo con sus posesiones y se lanza a los caminos en busca de aventuras. No sabe qué va a encontrarse y ni siquiera sabe adónde va, solo sabe que camina hacia delante. Y así, se topa con diferentes personajes, paisajes y situaciones peligrosas o agradables que le prestarán información de primera mano. Un libro necesario en este mundo de parecidos razonables que solo buscan la manipulación y el desconcierto. 



Astrid Lindgren. 2021. ¡Violencia, jamás! Kókinos. El primer libro de Astrid Lindgren en esta selección consiste en la publicación del discurso que leyó en 1978 en el acto de entrega del premio de la paz de los libreros alemanes durante la feria del libro de Frankfurt. Un texto que, a través de una pequeña historia infantil, aboga por una crianza y educación exentas de violencia. Suscitó tanta controversia que los anfitriones la invitaron a modificarlo recibiendo un no por respuesta de la autora sueca. Un pequeño regalo que nos trae ecos del pasado y nos invita a cambiar el futuro.



Astrid Lindgren. 2021. Los hermanos Corazón de León. Ilustraciones de Noemí Villamuza. Kókinos. (***) Astrid Lindgren hace doblete en esta pequeña selección gracias a la historia de dos hermanos, Karl y Jonatan. El primero tiene nueve años, está muy enfermo y sabe que la muerte le aguarda. Mientras tanto, su hermano mayor le cuenta historias sobre un país llamado Nanguiyalá, el lugar al que vamos después de morir donde mil y una aventuras son posibles. Una historia tan triste como entrañable donde las metáforas se suceden en forma de dualidad -el bien y el mal, la libertad o la dependencia, el miedo y la valentía, la vida y la muerte- sobre las que planea el amo fraternal. 



Ingunn Ton. 2021. Ollis. Ilustraciones de Nora Brech. Nórdica. (***) La protagonista de esta historia tiene un nombre larguísimo, así que todo el mundo la llama Ollis. Ollis no es una chica perfecta, o bueno, al menos no lo que entiende el mundo del postureo como "perfecto". Es alegre, tiene iniciativa, vivaracha, inteligente y con talento (si yo supiera convertir una batidora en una máquina para lavarme los dientes me sentiría la mar de especial). Tiene sus cosillas, como todo el mundo, incluida su amiga Gro. También tiene una madre que se ha echado un novio con el que ha tenido otro hijo, y un padre al que ve a duras penas. Pero todo cambiará el día en el que en mitad del bosque, ella y Gro encuentran un buzón amarillo que pertenece a Borgny, la señora que se encarga de recoger las cartas que no tienen a dónde ir ni a dónde volver. ¿Nos acompañas en esta aventura? 



Sylvia Plath. 2021. El traje de lo que no importa. Ilustraciones de Rocío Martínez. Nórdica. Además de su gran contribución al género poético, Sylvia Plath cultivó otros géneros. Este relato es un buen ejemplo de narrativa infantil que escribiría durante su luna de miel. Una historia en la que una familia de Max Nix, el pequeño de siete hermanos que anhela tener un día un traje como los que lucen el resto de los habitantes del pueblo. Un día, los Nix reciben un misterioso paquete que contiene una prenda “mullida, afelpada, amarillo mostaza, de estreno”. Todos sus hermanos se prueban el traje hasta que llega el turno del pequeño Max y… Un librito simpático y vivaracho que nos habla de la importancia de tomar nuestras propias decisiones.



Rafael Salmerón. 2021. La rama seca del cerezo. Anaya. Si metemos en una coctelera la ciudad de Hiroshima, Sakura, una adolescente con una deformidad en la mano, Tetsuo, un niño de siete años cuyo padre trabaja en una central nuclear, y el señor Utada, un superviviente de la bomba nuclear, el resultado es un libro como este. Con saltos en el tiempo, un buen puñado de complejos, miedos y remordimientos se entrecruzan en esta historia intergeneracional donde el manga, la superación, el perdón y sobre todo la amistad tienen un papel fundamental. Se podría decir que es un viaje iniciático y de crecimiento personal.




Jutta Richter. 2020/2021. La señora Lana y el aroma del chocolate / La Señora Lana y el misterio de las sombrillas de papel chinas. Ilustraciones de Günter Mattei. Lóguez. (***) Merle y Moritz necesitan que alguien los cuide por la noche mientras su madre trabaja. Así es como Obnubilana Wolkenstein, una mujer que según algunos hace desaparecer a los niños, llega hasta su casa. Este es el hilo argumental de un par de libros donde las aventuras se suceden en un universo fantástico plagado de seres extraordinarios. Gracias a la brevedad de sus capítulos y un lenguaje directo, engancharán a cualquier lector que quiera atravesar la puerta negra que lleva al sitio donde viven los troles dentiagudos que hablan en verso, o Lágrima de Plata, el zorro huérfano.



Alexis Galmot. 2020. La panadería de la calle de los domingos. Ilustraciones de Till Charlier. BiraBiro. (***) Pongo punto y final a esta selección con uno de esos libros que me encantó de principio a fin. A caballo entre las películas de Tim Burton y con cierto deje a las historias de Pierre Gripari o Roald Dahl (solo deje, que Dahl es mucho Dahl), este libro que bebe del sinsentido y algo de turbidez, nos cuenta la historia de Jack, un niño huérfano que gracias al oficio de panadero, unas baguettes poco cocidas, pasteles de chocolate y Vivaldi conoce al amor de su vida. Ilustraciones en tonos amarillos y pardos pero de líneas ágiles, se encargan de redondear un título que hay que conocer sí o sí.

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