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jueves, 7 de agosto de 2008

Cuentos a las orillas del Amur


Ya sabes, amigo lector, de mis quejas sobre lo evanescente que resultan las ediciones de ciertas obras de LIJ, más que nada porque dificultan mi tarea, como lector en primer lugar, y como comentarista y prescriptor de lectura, en segundo término (uno no puede realizar buenas recomendaciones si no están al alcance del público.


Durante este mes que ocupa nuestro tiempo y una vez creado el antecedente con los Cuentos Populares Rusos y Cuentos de la Alhambra, he decidido honrar otra recopilación de cuentos que abarrota muchas baldas y tantas escuelas. Prepárense para viajar a lo largo y ancho del orbe, adentrándose en la fantasía de las palabras y las historias mínimas que hemos ido hilando de abuelos a nietos y de padres a hijos. 



Ojeando la estantería que alberga mis pequeños tesoros durante esta calurosa tarde de agosto, he dado con uno de mis títulos favoritos Cuentos del río Amur, del autor siberiano Dmitri Naguishkin
 (Anaya, 1987), uno de esos libros que todavía sigue siendo un imprescindible en la Rusia ex-soviética y que no desmerece a otras como las anteriormente señaladas. Si a ello añadimos las ilustraciones de Guennadi Pavlishin, autor que gano la Bienal Internacional de Bratislava gracias a unas imágenes con mucho "art nouveau" e influencias de otros artistas rusos como Iván Bilibin o Nikolai Roerich , esta colección constituye un canto a la naturaleza y a las formas de vida ancestrales.



Aparte del cariño que profeso a este volumen por su valor sentimental y sus excelentes ilustraciones, con las que les pido se deleiten mientras leen esta reseña, he de decir que los relatos que reúne son de una amplia variedad, desde los que enseñan los pormenores de la vida –El anillo de oro-, hasta los que explican fenómenos naturales –De cómo intercambiaron sus patas los animales- e incluso los viajes iniciaticos –El valiente Azmún-. 




Además de la calidad de los cuentos destaca el glosario de términos propios de la región siberiana donde se desarrollan la mayor parte de los relatos, enriqueciendo de este modo al lector y haciendo innecesaria la traducción –probablemente incorrecta- de términos ajenos en estas latitudes. Y en estos días de aire mediterráneo abrasador, aléjese a otros parajes más frescos, recorra la taiga, cace martas cebellinas, talle barcos en la corteza caída de los abedules y déjelos navegar sobre las aguas del Amur.


4 comentarios:

  1. Por segunda vez me encuentro con tu blog en búsqueda de otras cosas. Realmente te felicito, tu selección está buenísima (coincido!coincido! Los cuentos del río amur me transportaron a la rusia extrema.)Hay que comentar las bellas ilustraciones! Por lo demás...sabes si pueden encontrarse aun las edicionesde Anaya de los 80 en algún sitio? Ya recorrí todas las librerías chilenas y cada vez que viajo sigo buscando...pero ya no hay! Si sabes algo: minfantek@gmail.com

    Saludos y felicitaciones denuevo,

    Magdalena

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  2. Me encantaria poder encontrarme con este libro, si fueses tan amable de subirlo con ilustraciones y todo Te amaria a la distancia :) Mi mail zarssky@hotmail,com

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  3. hola por favor ayúdame. Quiero conseguir este libro hace años y no lo logro. Si te dejo mi mail lo podrías escanear. Te lo ruego. Me harias muy feliz. Marta

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  4. Blogger Marta Ovi dijo...
    hola por favor ayúdame. Quiero conseguir este libro hace años y no lo logro. Si te dejo mi mail lo podrías escanear. Te lo ruego. Me harias muy feliz. Marta. No se como escribir en este blog y si veras mi comentario. Soy medio burra perdón.

    diciembre 10, 2014
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