No sé porqué esto de negarse a utilizar energía nuclear es lo más “in” del momento. Sobre todo si tenemos en cuenta que los franceses, nuestra conexión con el resto del continente europeo, y los norteamericanos, punta de lanza del modernismo, se han apuntado a la moda de erigir centrales nucleares a tituplén… ¿Lo habrán hecho por afición, pasión o necesidad? Más bien por independencia, que ya está bien de tocar los huevos entre unos y otros.
Lo mejor de todo este estúpido progresismo es que nos hemos hinchado a talar toros de Osborne® porque esto de los símbolos publicitarios jode mucho a algunos, y en su lugar han plantado miles de molinetas. Gran paradoja esta la de las energías renovables que nos obliga a importar de Francia el 20% del suministro energético español. Así nos pasa, que Iberdrola nos arranca las corás en cada recibo de la luz, y el gobierno hartándose de marisco a manos llenas. Nos queda el consuelo de que son otros los que enriquecen el uranio, eso sí, para fines bélicos, y nosotros aquí, a tontas y a locas, viéndolas venir, entonando el “mea culpa” y ejerciendo de mártires del falso ecologismo.
Y entre fusiones y fisiones nucleares he encontrado un título apropiado para este lunes tan energético, La bomba y el general, de Umberto Eco y Eugenio Carmi (editado por Destino en el año 1989). Aunque es un libro-álbum de esos que llaman pacifistas, también es una buena oportunidad de ponerse al día con aspectos físicos como las reacciones nucleares y el concepto de átomo gracias a las imágenes de Eugenio Carmi (recomendadas especialmente para los apasionados del trabajo de Leo Lionni).
Lo mejor de todo este estúpido progresismo es que nos hemos hinchado a talar toros de Osborne® porque esto de los símbolos publicitarios jode mucho a algunos, y en su lugar han plantado miles de molinetas. Gran paradoja esta la de las energías renovables que nos obliga a importar de Francia el 20% del suministro energético español. Así nos pasa, que Iberdrola nos arranca las corás en cada recibo de la luz, y el gobierno hartándose de marisco a manos llenas. Nos queda el consuelo de que son otros los que enriquecen el uranio, eso sí, para fines bélicos, y nosotros aquí, a tontas y a locas, viéndolas venir, entonando el “mea culpa” y ejerciendo de mártires del falso ecologismo.
Y entre fusiones y fisiones nucleares he encontrado un título apropiado para este lunes tan energético, La bomba y el general, de Umberto Eco y Eugenio Carmi (editado por Destino en el año 1989). Aunque es un libro-álbum de esos que llaman pacifistas, también es una buena oportunidad de ponerse al día con aspectos físicos como las reacciones nucleares y el concepto de átomo gracias a las imágenes de Eugenio Carmi (recomendadas especialmente para los apasionados del trabajo de Leo Lionni).
buscaré tu propuesta en una bliblioteca y si la ilustración recuerda a Leo Lionni seguro que me gustará. En cuanto al tema que tratas no tengo ningún criterio, si puedes indícame algo que leer, para gente de letras, que me aclare el tema de las energías nucleares.
ResponderEliminar¿Has visto "Cosita linda? en FCE. Es de un gorila que sabe hablar lengua de signos me ha encantado y lo pienso adaptar para que lo lean mis chicos sordos.
Como ves me voy por las ramas con extremada facilidad. Besos atómicos que creo que no contaminan.
Una idea muy buena la de adaptar "Cosita linda" de Anthony Browne. Lo conozco. Esta reseñado en las novedades de la semana pasada. Y tranquila, yo también me voy por los cerros de Ubeda. Un saludo.
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