Retornando del oscuro abismo en el que el cerebro crepita como la broza seca (léase “oposición”), les diré que el primer ejercicio no resultó tan grave como se esperaba: escribí unas cuantas páginas al respecto del tema elegido, lo traté de manera completa y fui bastante meticuloso con la presentación y caligrafía. En síntesis, esperaré al segundo ejercicio y la nota final, que siempre gusta de ser sorpresiva (¿Alguien conoce un tipo de examen realmente objetivo…? Como profesor que soy les diré que no).
Y ahora llega lo dramático de esta noticia: la despedida… Sí, me marcho, que uno también se merece unas vacaciones. No sé por cuanto tiempo, la verdad sea dicha, pero creo con seguridad que volveremos a vernos allá por septiembre, cuando el curso escolar comience, cuando las editoriales nos oferten novedades, cuando los maestros comiencen a enseñar de nuevo. Pero tranquilícense, no crean que voy a pasar el rigor veraniego rascándome la barriga (¡dichosas abdominales!), leeré lo que pueda, visitaré nuevos lugares que me inspiren, pensaré en iniciativas que les agraden y traeré nuevas formas verbales con las que hacerles reír o enfadarse (ya saben como funciona este espacio…). Pero hasta entonces, les dejo con un libro y un deseo.
Como lectura les recomiendo un chapuzón en un mar muy particular, En el mar de la imaginación, uno de esos sitios que mojan la sonrisa, que nos dejan construir castillos en el aire, que nos permiten respirar hondo y sentirnos vivos… Uno de esos sitios que les gustan mucho a los maestros (siempre lo mencionan en los cursos que imparto o a los que asisto) y que se merecía una mención en esta época de tan altas temperaturas. Así que sumérjanse en las historias de Rafael Calatayud Cano, esas que hablan de Bárbara, Salva, Elsa o Julio, esas que ilustró en su día Roger Olmos, y disfruten mucho, muchísimo.
En cuanto al deseo, sólo quiero que pasen un feliz verano, sin gastar mucho dinero, con mucha alegría y con más salud, sencillamente por la fidelidad con la que me leen, por recomendarme este o aquel libro, por el tiempo que me dedican y por ser una pequeña parte de este sitio donde viven los monstruos.
Y ahora llega lo dramático de esta noticia: la despedida… Sí, me marcho, que uno también se merece unas vacaciones. No sé por cuanto tiempo, la verdad sea dicha, pero creo con seguridad que volveremos a vernos allá por septiembre, cuando el curso escolar comience, cuando las editoriales nos oferten novedades, cuando los maestros comiencen a enseñar de nuevo. Pero tranquilícense, no crean que voy a pasar el rigor veraniego rascándome la barriga (¡dichosas abdominales!), leeré lo que pueda, visitaré nuevos lugares que me inspiren, pensaré en iniciativas que les agraden y traeré nuevas formas verbales con las que hacerles reír o enfadarse (ya saben como funciona este espacio…). Pero hasta entonces, les dejo con un libro y un deseo.
Como lectura les recomiendo un chapuzón en un mar muy particular, En el mar de la imaginación, uno de esos sitios que mojan la sonrisa, que nos dejan construir castillos en el aire, que nos permiten respirar hondo y sentirnos vivos… Uno de esos sitios que les gustan mucho a los maestros (siempre lo mencionan en los cursos que imparto o a los que asisto) y que se merecía una mención en esta época de tan altas temperaturas. Así que sumérjanse en las historias de Rafael Calatayud Cano, esas que hablan de Bárbara, Salva, Elsa o Julio, esas que ilustró en su día Roger Olmos, y disfruten mucho, muchísimo.
En cuanto al deseo, sólo quiero que pasen un feliz verano, sin gastar mucho dinero, con mucha alegría y con más salud, sencillamente por la fidelidad con la que me leen, por recomendarme este o aquel libro, por el tiempo que me dedican y por ser una pequeña parte de este sitio donde viven los monstruos.
Hasta pronto.
Descansa y suerte en el examen.
ResponderEliminarSaludos.
Buenos dias, Román! yo quiero sumergirme en esas olas y mar de la imaginación para sobrellevar estos grados de más. Promete una feliz lectura para estos dias, muchas gracias y suerte, cuídate y luego a darse un chapuzón en este mar al que nos invitas. un abrazo
ResponderEliminarDisfruta del verano. Te esperamos en septiembre. Saluditos, Miriam
ResponderEliminarDescansa y disfruta, volveremos a leerte en septiembre.
ResponderEliminarA mi tambien me llegaron las vacaciones, aunque en Venezuela nos las dan sino hasta finales de Julio. Pero ya lo peor ya paso, que es el ajetreo de boletas, cotillones y actos culturales. Me dispondre como tu a leer un buen libro, descansar, descansar para volver repontenciada a las actividades educativas en Septiembre.
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