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viernes, 13 de mayo de 2011

Temas peliagudos


La mayoría de los políticos, sean españoles o de otra nacionalidad, tienen a bien recordar que, en plena campaña electoral hay que obviar ciertos temas, no por menos importantes, sino por ser demasiado peliagudos, para, por el contrario, hacer hincapié en todos aquellos que disparan el número de votantes, su volumen de negocio. 
Dudo que tanta demagogia sea buena para el estado de derecho, sobre todo aquel sustentado en el analfabetismo funcional, este del que vive España (no me señalen con el dedo, no es de buen recibo…), pero en cualquier caso intentaré hacerles patente la poca calidad del paradójico pensamiento del pueblo llano español… 


Hace unos años se estrenó en los cines de medio mundo la película 300, basada en el cómic homónimo (por cierto, ¡cuánto tiempo sin hablar de cómic!), que hace una evidente apología por la guerra preventiva, uno de los pilares que sustentan numerosos estados, léase Esparta o los Estados Unidos de Norteamérica, y que llegó a ser el taquillazo del año en España, hecho incomprensible después de que se sucediera un cambio de gobierno estatal en honor de esa salva que rezaba “¡No a la guerra!”, convertida en punta de lanza del partido de la oposición al régimen imperante durante aquella época. 


Es decir, la opinión pública, instigada a un mismo tiempo por el odioso “nanny state” patrio y el magnánimo poder de convocatoria hollywoodiense, acudía en rebaño a ver una película bélica portando mensajes pacifistas en vez de palomitas de maíz. En fin, otra de españoles… 


Pese a estas obscenas paradojas y para que conste que algunos, como Javier de Isusi y Leticia Ruifernández, tienen pensamientos propios sobre este tema y saben transmitirlos a la perfección, les hago llegar La partida del soldado (editada por El jinete azul), uno de los mejores álbumes ilustrados del año en curso, poco apto para mentes con engranajes oxidados y lecturas superficiales.
Un joven se prepara para ir a la guerra mientras su esposa discute con él sobre la conveniencia o no de hacerlo. Un diálogo entre dos personajes que se preguntan, nos preguntan, sobre las causas y efectos de la guerra, sobre quiénes somos y quiénes seremos después ella. 
Elaborada sobre ilustraciones oscuras, la noche y las sombras desdibujan unas siluetas que se mueven entre el anonimato (todos nos reflejamos en los protagonistas) y la clandestinidad (salirse por la tangente siempre está mal visto), esta historia ahonda en los dilemas humanos. Amor, supervivencia, honor... todo se entremezcla en la guerra y cualquier resultado es respetable. 

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