Dudo mucho que los tiempos hayan cambiado, dado que, de invención, la vida tiene poco… Por mucho empeño que pongamos en idear, diseñar e innovar, siempre se repite la historia. Tomemos como ejemplo la televisión, esa maquina infernal que consume el tiempo como ninguna otra… ¡Se ruega silencio en el plató, que entramos en antena!
La memorable hostia que se zampó la Jenny en “Hombres, Mujeres y Viceversa”, ese escaparate del nivel sociocultural del tronista español, se queda corta frente a la cantidad de perrerías que tres idiotas se gastan con el fin de destrozar piezas únicas del automovilismo... Pensándolo bien, me río, cosa que no sucedía antes de que la televisión digital terrestre llegase a nuestras vidas… Lo máximo en este ranking de estupidez televisiva es ver a un Licenciado en Filología Hispánica guiando a un rebaño de guacamayos en busca de un aspirantón al que despellejar, un cometido más loable que el de ese atajo de madres que buscan pareja para sus Edipos, dejando así en evidencia el omnipresente poder del mangoneo familiar… En fin, siempre nos quedarán concursos inmortales como “Pasapalabra” o ese que presenta Jordi Hurtado plagado de “listismos” y “listismas”… Pero, ¿alguien se ha percatado de que todos estos programas son meras copias de otros que les antecedieron? Intenten adivinarlos…
Y tras este jocoso recorrido por el presente audiovisual con añejo sabor, resumo diciendo que vivimos anonadados ante multitud de productos, engendros e historias que, a pesar de prometernos nuevos sabores y sensaciones, son meras copias de otras que existían hace lustros, por lo que, haciendo gala de inteligencia, es preferirle reinventar los clásicos y dotarlos de un nuevo formato, que exprimirse en limón para dar con algo de mención, lema que ha guiado los pasos del reseñadísimo Anthony Browne en su reinterpretación del clásico popular Ricitos de Oro y los tres ositos, pasándose a llamar Los tres osos (FCE), un buen ejemplo de lenguaje visual, cuidada edición y doble mensaje.
La memorable hostia que se zampó la Jenny en “Hombres, Mujeres y Viceversa”, ese escaparate del nivel sociocultural del tronista español, se queda corta frente a la cantidad de perrerías que tres idiotas se gastan con el fin de destrozar piezas únicas del automovilismo... Pensándolo bien, me río, cosa que no sucedía antes de que la televisión digital terrestre llegase a nuestras vidas… Lo máximo en este ranking de estupidez televisiva es ver a un Licenciado en Filología Hispánica guiando a un rebaño de guacamayos en busca de un aspirantón al que despellejar, un cometido más loable que el de ese atajo de madres que buscan pareja para sus Edipos, dejando así en evidencia el omnipresente poder del mangoneo familiar… En fin, siempre nos quedarán concursos inmortales como “Pasapalabra” o ese que presenta Jordi Hurtado plagado de “listismos” y “listismas”… Pero, ¿alguien se ha percatado de que todos estos programas son meras copias de otros que les antecedieron? Intenten adivinarlos…
Y tras este jocoso recorrido por el presente audiovisual con añejo sabor, resumo diciendo que vivimos anonadados ante multitud de productos, engendros e historias que, a pesar de prometernos nuevos sabores y sensaciones, son meras copias de otras que existían hace lustros, por lo que, haciendo gala de inteligencia, es preferirle reinventar los clásicos y dotarlos de un nuevo formato, que exprimirse en limón para dar con algo de mención, lema que ha guiado los pasos del reseñadísimo Anthony Browne en su reinterpretación del clásico popular Ricitos de Oro y los tres ositos, pasándose a llamar Los tres osos (FCE), un buen ejemplo de lenguaje visual, cuidada edición y doble mensaje.
Lo tendremos en cuenta, el señor Browne no suele defraudar además de permitir releer sus obras varias veces encontrando cosas nuevas; algo muy preciado en los libros álbum. Un saludo
ResponderEliminarMe encantan esas ilustraciones tuyas... ¡A ver cuando me remites alguna para una de mis entradas de opinión!¡Otro saludo para ti, Rubén!
ResponderEliminarMuy de acuerdo contigo. No se inventa nada en ninguno de los círculos "creativos". Ni cine, ni programas de televisión, ni moda, ni costumbres que van y vienen. Solo nos lleva ventaja la tecnología que parece sorprendernos día a día.
ResponderEliminarDe repente, un día me encuentro buscando monstruos que recuerden quien soy, seres fantásticos que dejé en otra vida, una que ya casi olvido, y me encuentro, como una joya en el camino, este lugar.
ResponderEliminarTe pregunto ¿Qué es inventar?
La televisión no da muchas opciones al respecto, y las sociedades latinas no han hecho un buen trabajo para generar televidentes críticos. Sin embargo ese termino de “inventar” tampoco es que sea muy sencillo, o acaso ¿en las lecturas no hay invención? ¿o en las versiones o en las traducciones?, la televisión es un caso perdido para muchos y un lugar fructífero para otros, solo son las opciones de lectura que escojas.