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lunes, 15 de abril de 2013

Elogíos, regalos y consecuencias



Cuando tras un fin de semana desconectando de toda rutinaria actividad (aunque no lo crean este sitio forma ya parte de mi quehacer diario, un trabajo no remunerado económicamente, que absorbe parte de mi tiempo) echo una ojeada al correo electrónico y a los perfiles que este blog tiene en Facebook y Twitter, es una gran alegría toparse con la buena noticia de que la Revista Cuatrogatos, uno de los referentes en esto de la LIJ hispanohablante, te selecciona como uno de los espacios necesarios para informarse de las nuevas que nos traen los libros para niños. Se te llena la boca de una gran sonrisa, te apetece agitar las alas, y volar.
A pesar de esta explosión inicial, pasados unos momentos empiezo a pensar en las consecuencias que, como siempre, oscilan entre esa dicotomía de favorables y negativas… Pérdida de anonimato, mayor cantidad de trabajo, cortapisas, egocentrismo…
Lo peor de todo sería el exceso de cautela... Creé este blog para decir lo que me viniese en gana, para reírme de ese celofán absurdo y lleno de estupidez que nos envuelve, y que, al fin y al cabo, es lo que intenta la buena literatura: ser crítico con la realidad del momento, mostrarla, y de paso, entretener, unos rasgos que podrían ser diezmados a base de visibilidad y, de paso, originar altercados, problemas y otras desavenencias... Resumiendo: estar en el ojo del huracán y hacer gala de polémica constante, puede ser contraproducente para la viabilidad del lugar que compartimos los monstruos.
Por otro lado, el reconocimiento es algo que  anima en un viaje como este, en el que por un mar de líneas, colores y letras, conoces a mucha gente, recibes opiniones de todo tipo, se te tiene en cuenta a la hora de tomar decisiones y de vez en cuando tienes la suerte de disfrutar de algún “pequeño” regalo. Lejos de ostentaciones, lujos y trajes de diez mil euros (¡menos mal que en jamás me he puesto uno!... Con las ganas que tiene mi señora madre…), decir que, llevando una vida modesta (tranquilícense los envidiosos), a veces me encuentro en el buzón con libros que acompañan a notas de agradecimiento, como es el caso de Sueños de pirata, otro proyecto de Consuelo Digón y Cintia Martín (ediciones Tralarí), cuyo nombre pronuncio aquí, no en aras de la cera, ni del mamoneo, ni de culos ensalivados, sino por su buen hacer, la apuesta por historias sencillas y la valentía a la hora de gestar proyectos como este. Recomendado, sin más.

2 comentarios:

  1. Me alegro un MONTON de que algo que muchos sabíamos, ahora se haya reconocido de forma más notoria todavía.Gracias Román.

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  2. No te pases Encarnita, que no me han concedido el Nobel... ja, ja,ja... Pese a ello, ME ENCANTA tanta emoción.

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