Siguiendo
con la serie que sobre ilustradores actuales comencé hace un par de semanas con
la figura de Benjamín Lacombe, sigo esta semana con el vendaval americano
Oliver Jeffers. Nacido en Port Hedland (Australia) el año 1977, aunque criado
en Belfast y por tanto considerado norirlandés, desde muy joven se sintió inclinado
hacia el mundo artístico. Tras centrarse exclusivamente en la música, una
pasión que se vio frustrada por el poco reconocimiento que tenía en los
círculos locales, se decantó por la pintura, una disciplina que ha llegado a
ser su forma de sustento. En 1995 se presentó en un concurso de pintura (Irish
News Amateur Art Competition), tras la que decidió dedicarse por entero a esta
profesión. Después de exponer en Belfast, Nueva York, Sydney, Melbourne,
Glemgormley y Londres, resuelvió crear libros para niños y dado que no tenía
presupuesto para costearse un representante, envió su trabajo a la editorial
Harper Collins que viendo su potencial lo contrató, empezando así una carrera
de éxito que se ha visto reconocida con diversos títulos, premios y
reconocimientos.
Dentro
de sus obras destacan Como atrapar una
estrella, Perdido y encontrado, El increíble niño comelibros, De vuelta a casa, El misterioso caso del oso, Arriba
y abajo, Atrapados, o Este alce es mío, aunque también ha
colaborado con otros autores ilustrado sus historias, como The day the crayons quit, de Drew Daywelt. En todos ellos se puede
admirar un estilo que podría encuadrarse dentro del estilo figurativo que
combina tanto técnicas pictóricas tradicionales como la pintura al óleo o el
collage. Es bastante frecuente encontrar tanto figuras en tres dimensiones como
bidimensionales, producto de aunar fotografía y dibujo, así como una caligrafía
muy característica que inserta mayúsculas y minúsculas al libre albedrío (¿han
visto alguna pizarra de Educación Primaria?).
Por
último y haciendo alusión a su preparación académica y universitaria, señalar el
estudio que realizó sobre el equilibrio entre las obras artísticas y
científicas, relacionadas por ecuaciones matemáticas, algo llamativo que suele
verse como guiño en sus dibujos y pinturas.
Simple y genial
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