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martes, 13 de mayo de 2014

De políticos y depredadores


Lo de la maldad y la envidia todavía no ha tocado techo en este país, afirmo tras conocer la noticia del asesinato de la presidenta de la Diputación de León, un caso bastante peliagudo y de mucha chicha, no sólo por la crueldad y circunstancias que rodean un homicidio de estas características, sino por las dobles lecturas que se pueden realizar sobre él… Que la víctima llevaba toda la vida en política -algo que le había granjeado suficientes enemistades-, que era mujer, que ha sido supuestamente tiroteada por otras dos mujeres (madre e hija), que las presuntas ejecutoras estaban ligadas al mismo partido político que Isabel Carrasco, que el padre de la supuesta homicida pertenece a los cuerpos de seguridad del Estado, que la oposición insta constantemente al enfrentamiento entre facciones opuestas, y que nos encontramos en una época convulsa, son premisas que pueden ayudar a comprender este drama (allá cada cual con sus propias conjeturas y sesgos), pero la mía es tan sencilla que se resume en una España corrupta, envidiosa y mala.
Estoy seguro de que si algún día un servidor tuviera la desgracia de gobernar (¡Ay, ¿quién maneja mi barca, quién?), no serían pocos los que estarían encantados de fusilarme. Acabaría mis días acribillado a tiros y, con total seguridad, sin razón aparente más que la suerte y una inteligencia emocional lo suficientemente avispada como para administrar los avatares del tiempo (estrategia pura y dura). Bien pensado, cualquiera podría ser mi ejecutor… Desde incompetentes, hasta lectores, integristas, separatistas, católicos, musulmanes o judíos, mujeres, políticos, maestros, padres, adolescentes…. Incluso alguna bibliotecaria y estudiosos de la LIJ (me consta que algunos se sienten amenazados por mis elucubraciones y disparates… ¡Con lo fácil que es pensar!)
No solo el ansia de poder que muchos manifiestan a diario es el peor de nuestros vicios, sino la maldad contenida que muestra una lucha de intereses desde cualquier bando, más si cabe cuando se aproximan unas elecciones donde algunos se juegan mucho (dinero y mangoneo, claro está) y otros no nos jugamos nada (¿El interrail quizá?). Odiosa política… siempre jodiendo la marrana… Tanta compostura y palabra sacerdotal para salir en la tele haciendo alarde humanitario y exhibiendo carteles para liberar a esas pobres nigerianas, cuando, a la hora de la verdad, todos se comportarían como sus verdugos islamistas: ninguno mostraría reparos para contener la sangre fría.


No lo olviden, como en cualquier jungla, bien esté atestada de monos o políticos (para el caso es lo mismo), y tal y como nos lo describe ¿Quién come a quién? un libro de Aleksandra Mizielińska y Daniel Mizieliński (editorial Libros del Zorro Rojo), el bicho grande siempre se zampa al chico (o no…). En cualquier caso y si se dedican a este turbio asunto del poder, ándense con ojo, y no se descuiden: pueden llevarse un susto.



3 comentarios:

  1. Hace poco que te sigo, pero me sorprende esta entrada donde sin nada que ver con la LIJ, frivolizas sobre el reciente asesinato de una política, y donde la política no tiene nada que ver.
    Me sorprende y me desagrada.
    Marta.

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  2. ¿Frívolo?... Respeto tu opinión que aquí queda recogida, pero discrepo en algo: la Literatura (para adultos o dirigida a niños)es una extensión de la vida y, por tanto, de la actualidad.
    Un saludo y gracias por seguirme.

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