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martes, 31 de marzo de 2015

Decálogo del ilustrador en la feria de Bolonia


Por fin se ha dado el pistoletazo de salida a ese gran escaparate “lijero” conocido como Feria de Bolonia. Coincidiendo este año con el periodo vacacional (a más de uno le ha venido de perlas para darse un garbeo por la Liga Norte italiana) y con la celebración del Día del Libro Infantil  (próximo jueves) se intuye un evento un tanto animado (que por cierto no veré este año…, es lo que tienen azulejos, ladrillos, cemento y escombro, ¡quién me mandará!).
Además de la gran cantidad de actividades, presentaciones de libros, coloquios, mesas redondas, ágapes, encuentros repentinos, exposiciones y el muro publicitario de la entrada (me chifla ese lugar atestado de carteles improvisados, tarjetas de visita y, sobre todo, de anuncios ilustrados), la Bologna Children's Book Fair no deja de ser una feria comercial en la que priman los negocios.
De entre todos los profesionales que van a buscarse la vida, siempre me llaman la atención los ilustradores que, tras esperar largas colas, intentan hallar la oportunidad que les haga despuntar en próximas temporadas en esto del libro infantil. A pesar de lo hermoso que tiene buscar un sueño, no hemos de olvidar la realidad con la que topan estos profesionales…
Para evitar peligros y desilusiones innecesarias, he aquí una serie de consejos (aparte de hacerse visibles en el muro de los ilustradores, obligación para todos estos artistas, me aventuro a cuestiones más prácticas), mi decálogo para el ilustrador que visita Bolonia (por primera o undécima vez, ya saben que el hombre tropieza y tropieza hasta cotas insospechadas) con ánimo de abrirse hueco en el negocio editorial:
1º. Saber qué editoriales estarán en la feria. Si nunca has entrado por esa puerta, ni te imaginas el elenco de editoriales y agencias que hay allí. Como la asistencia a este tipo de ferias se hace público con la suficiente antelación, es muy importante que la visita se prepare con anterioridad, sobre todo para organizar la visita, sobre todo si tu tiempo es escaso.
2º. Clasificarlas en grupos con ciertas similitudes. Editoriales internacionales, grandes grupos nacionales, casas independientes que publican en varios idiomas y otras que se dedican a ámbitos más restringidos, editores locales, de occidente u orientales… Todas las empresas tienen sus particularidades y debemos saberlas antes de sumergirnos en ellas para diversificar nuestro campo de acción y facilitar la selección final.
3º. Estudiar el fondo editorial de cada una de ellas (hay editoriales más eclécticas y otras más especializadas en un tipo de libro o ilustración) y ver si nuestro estilo tiene cabida en alguna. Hay que ser consciente de en qué liga jugamos, pues acudir a la feria para darse un garbeo, no es demasiado rentable teniendo en cuenta las posibilidades que nos ofrece internet.
4º. Pedir información a otros colegas de profesión sobre estas editoriales para conocer de antemano sus bazas, los puntos débiles o, simplemente para descartarlas de nuestra selección. En las redes sociales hay lugares donde se puede intercambiar información y opiniones sobre ciertos editores y agencias de ilustración: use la experiencia previa de otros.
5º. Hacer tu selección y pedir cita con antelación para optimizar así nuestra estancia allí. Una agenda bien estructurada es más práctica que acarrear sin rumbo nuestro portfolio (no soy partidario de dar tumbos a lo pavo por la inmensidad de aquellos pabellones esperando que caiga la breva de Oliver Jeffers).
6º. Establecer una serie de prioridades (“¿Con qué tipo de editorial queremos trabajar?" y "¿Qué tipo de trabajo buscamos?” Son las preguntas básicas a las que debemos responder, después vendrán otras que, a mi juicio, son secundarias).
7º. Preparar un portfolio adecuado para tal efecto (aquí poco he de decir pues hay grandes profesionales dentro de escuelas de ilustración y facultades de bellas artes que pueden orientarles mejor que yo).
8º. Presentarnos, mostrar nuestro trabajo, ofrecer nuestros servicios, y, en caso de que alguien se interese por él, debemos escuchar las condiciones de trabajo y tomar nota de estas para consultarlas con gente de confianza y asesores en la materia. No es oro todo lo que reluce. Sopese pros y contras.
9º. Dejar pasar un tiempo. A veces la toma de decisiones en caliente nos puede llevar a equívocos poco satisfactorios. Es preferible ser paciente, evitar la arbitrariedad, calmar nuestras deseos de trabajar, y dejar que la aguja se pose en nuestra brújula interior.
10º. No frustrarse. Hay que seguir buscando oportunidades. Este campo es enorme y existen muchos tipos de editoriales que van (o no) a Bolonia y en las que puede encajar nuestro estilo/trabajo. Si algo bueno tienen todas las ferias es que están llenas de ilusión.


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