Aunque debería haber
reservado este título para el Día del Libro Infantil, no he podido
resistirme a vociferar por todos los rincones de este lugar que ya
tengo en mi poder Los cuentos entre bambalinas, un libro de
Gilles Bachellet recientemente publicado en nuestro país por Thule.
¿Y por qué debería de
haberme esperado al 2 de abril para reseñarlo? Sencillamente porque
este álbum es un maravilloso homenaje a los cuentos y libros para
niños, mayormente a los álbumes. Aunque tiene una características
técnicas más que destacables, son estos guiños a personajes y
obras tan conocidas de la LIJ lo que lo convierten en un
imprescindible para maestros y bibliotecarios (¿Me han oído?
¡Im-pres-cin-di-ble!).
Este libro se sitúa en
un teatro (o quizá el rodaje de un metraje), de tal forma que la
página izquierda de cada doble página hace alusión a momentos,
profesionales o espacios que vertebran las artes escénicas y
posibilitan la buena marcha de la función (el despacho donde se
firma el contrato, la zona de maquillaje, la mercadotecnia, el
guardarropa, el vestuario, las duchas...). Es por ello que, en cierto
modo y si nos refiriésemos sólo al texto, el autor ha pergeñado un
libro informativo.
Pero lo realmente
interesante viene luego cuando entran en acción las ilustraciones...
Aunque la relación que establecen los textos y las imágenes se
podría encuadrar dentro de la complementación, ya que la acción
descrita con ambos lenguajes es la misma aunque enriquecida, sí que
podemos hablar de un álbum ilustrado en toda regla ya que palabras e
imágenes funcionan como un todo y unas quedarían vacías sin las
otras.
Quizá lo más
interesante para todos aquellos que se dedican a la animación a la
lectura, sea lo metaliterario, lo metaficcional de este librito
(N.B.: Añado el sufijo diminutivo porque es de pequeñas
dimensiones: manejable). Las alusiones a álbumes muy conocidos como
La pequeña oruga glotona de Eric Carle, el lobo protagonista
de muchos libros de Mario Ramos, los personajes del Cosita linda
de Anthony Browne, el Pomelo de Benjamin Chaud (gran amigo del
autor), el Elmer de McKee o el famoso Gerónimo Stilton,
son de gran valor a la hora de dar peso a muchas historias que
conviven en las estanterías de las bibliotecas. Estos personajes y
las alusiones a su carácter nos ayudan a ampliar el universo de la
lectura (N.B.: Señalo que este libro me ha abierto las puertas a
otros libros que desconocía, sobre todo a muchos personajes de los
álbumes franceses que no han tenido repercusión en nuestras
fronteras, pero que allí son de sobra conocidos. Así que también
podríamos decir que tiene un gesto por la internacionalización de
la literatura infantil de dicho país) y afianzar en el ideario de
los pequeños lectores estas creaciones literarias que tantas
alegrías nos han dado.
Aunque este autor gusta
de disyunciones para elaborar su discurso humorístico (no olviden El
caballero impetuoso o Cuando mi gato era pequeño) en este
libro se centra en la descontextualización y lo paródico, unos
recursos que utiliza en ocasiones con cierta ironía y humor negro.
Elige bien a los protagonistas de cada escena y les asigna papeles
esperados o inesperados, pone en duda el discurso creado por sus
verdaderos autores y plantea dicotomías muy interesantes (esa imagen
en la que aparecen Los tres bandidos de Ungerer le van a sacar
las corás a un inocente Perico -Beatrix Potter- es genial,
porque asigna a estos personajes papeles antagónicos a los que en
realidad tienen: recuerden que el conejo era el travieso y crápula
mientras que el trío de bandoleros al final resultan ser
bondadosos).
Resumiendo: juega y se
divierte a manos llenas con esto de los libros ilustrados, cosa que
me encanta. ¿Y a usted?
Me decidí a adquirir El cavaller impetuós del mismo autor precisamente por las divertidas referencias a otros cuentos que se pueden encontrar entre sus ilustraciones (entre otras cosas, pero fue el detalle que me lanzó), así que no voy a tener más remedio que hacerme también con éste... Y creo que voy a tener que prestar más atención al autor! ¡Gracias por la recomendación!
ResponderEliminar¡Gracias a ti por el comentario, Seño Punk! Además de este y los otros dos que cito en el texto, acaba de publicarse del mismo autor "La esposa del conejo blanco" en Adriana Hidalgo editora, que estoy seguro que también te va a encantar (trata sobre la odiosa vida de una ama de casa...) ¡Un abrazo!
ResponderEliminarSi tú me los recomiendas, los buscaré seguro! Un abrazo.
ResponderEliminar¡Diversión asegurada!
ResponderEliminar¡Y que lo digas, Miriam!
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