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martes, 31 de octubre de 2017

Fantasmas juguetones y juerguistas resfriados


Martes. Víspera del día de todos los santos. La gente con ganas de jarana, esqueletos y disfraces. Lo que se prometía un día tranquilo va caldeándose. Máscaras, maquillaje, harapos, ¡y que viva la fiesta! Espero que con tanta emoción no pillen un buen tabardo, porque a pesar del cambio climático, por la noche rasca y no hay que hacer demasiado el fantasma: quién no es previsor, en noches como esta, pilla un buen resfriado. Que andan por ahí muchos monstruos, Aideko entre ellos, que es un poco desalmado...

En los muros de mi casa,
un espectro desalmado
consigue que caiga enfermo
cuando me pongo pesado.

Le encanta dormir tranquilo,
sin jaleos ni alborotos,
por eso si le molesto
me infla la nariz de mocos.

Una vez, mientras jugaba
en la cocina al balón,
me puso la zancadilla
y me di un buen coscorrón.

Otra vez, viendo la tele
con el volumen a tope,
me regaló una jaqueca
que casi me deja miope.

La gripe fue su presente
en mi sexto aniversario;
invité a muchos amigos
y el follón fue legendario.

Porque a Aideko igual le da:
incluso los fines de año,
si molestas, se venga
y no deja un niño sano.

Iñaki R. Díaz.
Aideko.
En: Monstruario.
Ilustraciones de David Guirao.
2017. Zaragoza: Edelvives.


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