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lunes, 16 de octubre de 2017

La manzana, ese fruto mágico


Lo de octubre y las manzanas es una gran historia de amor que comienza con el “Apfelstrudel”. Sin duda es uno de mis postres invernales favoritos. No sé que tiene este típico pastel alemán que me vuelve loco, esa mezcla de hojaldre, manzana asada con un toque de canela y crema de vainilla caliente me derrite las papilas gustativas. Una delicia de la que, si quieren, puedo enviarles la receta ¡facilísima y más que agradecida si organizan alguna cena familiar o con amigos). Lo cierto es que si me pusieran estas tres cosas por separado, creo que rehusaría las tres, pero esta combinación tiene un atractivo especial para mi paladar.


Sin duda, la manzana es una de las frutas más comunes en la Europa de las estaciones (limítense al norte cuando se refieran a nuestras latitudes hispánicas). Con un invierno riguroso y un verano templado, la crianza de este arbolito (género Malus, para “freaks” y botánicos) se hace extensiva. Si a ello añadimos que es muy duradera, este pomo adquiere mucha importancia en nuestras mesas. Además de formar parte de la dieta como integrante de macedonias, asados, ensaladas, es la materia prima para elaborar compotas, aguardientes y sidras (¡Qué rica la del Cortijo de la Mata!). Su dulzor y acidez la hacen buena compañera de otros productos gastronómico y, si recuerdan ese dicho inglés (“One apple a day keeps the doctor away”), la manzana es mejor que buena compañera.


Todo ello nos lleva a que los manzanos y sus frutos tengan mucho protagonismo en nuestra cultura. Por culpa de una manzana dorada que la diosa Eris destinó a la más bella, comenzó la guerra de Troya. Recuerden que el Árbol del Bien y del Mal bíblico se suele representar en la iconografía como un manzano, y que Eva, tentada por la serpiente, instó a Adán a comer de su fruto, y así es como, tras atragantarse con dicho bocado se le dio su nómbre a la glotis masculina en recuerdo de su destierro y eterno pecado. Los manzanos aparecen en muchísimos cuentos, sobre todo en aquellos de la tradición centroeuropea, es por ello que Blancanieves fue envenenada con una manzana por su odiosa madrastra en vez de con una naranja. También adquiere relevancia en otros cuentos recopilados por los Hermanos Grimm como El pozo mágico y La doncella sin manos.


Y así llegamos al libro de hoy, Los tres manzanos de Gerhard Oberländer (Niño Editor), otra historia donde los manzanos tienen mucho que decir... Aunque es de esos álbumes de rígida apariencia (portada negra sobre la que descansan tres manzanas de diferente color) entraña una parábola muy hermosa en la que el tiempo y el azar son dos avatares que van modelando la vida. Aunque el autor se decanta por tres manzanos como protagonistas, bien podrían haber sido tres animales o tres personas. La cuestión es que ambos caminan juntos, los días pasan y cada uno adopta un papel en el huerto que habitan para que, finalmente, sea el rasero del tiempo que, como la mano de un verdugo, no tiembla a la hora de impartir justicia.


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