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miércoles, 27 de diciembre de 2017

Surrealismo español


A María José, para que me corrija si me equivoco...

Me incorporo tras la siesta y entre legaña y legaña, empiezo a analizar el despiporre del fin de semana, no sólo en lo que a cantidad se refiere, sino también en su concepción surreal. Gente que desaparece tras las columnas, enemigos que quieren hacer las paces después de una decena de años, algunas se cuelan por la taza del water, golfos enamoradizos... En definitiva, que en Navidad se abren las puertas de Mordor y salen en tropel todos los orcos.


Enciendo el tuiter y la cosa no queda ahí. Aparece Tabarnia. Una bendición del cielo que adereza este contubernio para transformar las navidades en desternillantes. Si Gila, Eugenio o Chiquito levantasen la cabeza, el desmadre estaba asegurado. Y es que esta guasa tan española gana por goleada a cualquiera de las facciones que se están jugando a los chinos el futuro de los catalanes. Si no recuerdo mal, algo parecido pasó con un Brexit que dividió a l'Anglaterre entre urbanitas y provincianos, que con menos humor llevan un par de años jodiendo la marrana a base de pillaje.


Mira que estoy contenido ante este espectáculo tan nuestro, tan patriótico, tan salvaje..., pero poco a poco se me afloja el diafragma, los músculos intercostales, y me puede la risa, la mejor de nuestras armas... Y para colmo, suenan de fondo la Natti Natasha y El Negrito Claro. “Esto que yo siento por ti no puede ser legal... Criminal Cri-criminal, tu estilo, tu flow, baby, mu' criminal... Como tu lo haces rompe la ley, tu eres un delito que yo quiero cometer...” De traca.


Esto se merece una huida, como la fantástica road-movie de la pobre Peggy Sue ideada por Federico Delicado, que en tren, moto, camioneta o transatlántico busca su lugar en el mundo, como por ejemplo la India, acompañada de una niña familiarmente incomprendida. Definitivamente, como sigan así las cosas tendré que dejar mi país, como hizo esta vaca, al más puro (Hopper-iano y desolador) estilo americano. Eso sí, no pienso renunciar al criticismo, surrealismo y chiste español (Fíjense en Nórdica Libros, la editorial que edita este álbum “made in Spain” al 100%).


Y si ustedes deciden no apuntarse al carro, ya saben, sigan los consejos de Justina, la señora basura, que es otra opción...


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