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martes, 18 de septiembre de 2018

Empezamos el curso con uno de conocimientos



Tras dos meses y pico de descanso no me he podido resistir a la tentación de reabrir este blog, uno que viene siendo mi mayor vicio desde hace once años, con mucha alegría. Ya saben que en junio hacen aparición bajones y desánimos que más tarde suelen curar los apacibles días de verano. Así que, henchido de buenas vibraciones (¿Me oyen, me escuchan, me sienten?) y unos cuantos libros, regreso a esta casa para proporcionarles nuevas sugerencias de lectura, curiosidades y (per)versiones.
Teniendo en cuenta que las escuelas e institutos están en plena ebullición, he creído muy apropiado abrir el telón con el “álbum” informativo más antiguo que se conoce, el Orbis Sensualium Pictus de Iohannes Amos Comenius. Libros del Zorro Rojo nos lo trajo allá por mayo en una edición bilingüe latín-castellano con el nombre de El mundo en imágenes, y el aquí monstruo se dispone a descoyuntarlo debidamente con unos mesecicos de retraso.


Aunque hoy día nos puede parecer un tipo de libro muy recurrente en el ámbito educativo, en su época supuso toda una revolución por dos motivos principales. En primer lugar invitaba a una nueva forma de enseñar-aprender. El juego, el aprendizaje autónomo o la integración de la familia en el proceso educativo se incluían en una cartilla escolar de la mano de Comenius, un pionero que desde su condición de protestante (no me voy a extender en una biografía plagada de episodios migratorios y desencantos que pueden consultar con profusión en las últimas páginas de este volumen), desarrolla ideas que recoge en su prefacio y en las que cualquier docente podría encontrar la esencia que impregna (o debería hacerlo) la educación básica de la sociedad occidental. Sugerencias como Muéstreseles lo que se nombra no solo en una imagen, sino en su misma realidad […] o Permítaseles también que dibujen las figuras con su propia mano si así lo desean; incluso incíteseles a que lo hagan […] todavía siguen retumbando en las cabezas de los maestros actuales.


Por otro lado y en lo que respecta a los amantes del álbum y la ilustración, he de llamar la atención sobre el hincapié que hace Comenius en integrar texto e imágenes para asociar ideas, aludiendo al principio de la solidaridad icónica sobre el que descansa cualquier libro-álbum y que tan buenas producciones nos está dando en los últimos años. Es así como el autor revela la importancia de reconocer el mundo desde dos lenguajes en pro del entendimiento y nos dice Pónganse en las manos de los niños las figuras para que se recreen con ellas, hasta saciarse con su vista y las hagan del todo familiares […].


Partiendo de escenas cotidianas o no tan cotidianas (me encantan algunas como la de la caza de aves, la de los relojes, los instrumentos musicales y las de las estrategias bélicas), y teniendo en cuenta ciertas salvedades anacrónicas sobre la astronomía, la anatomía, la religión o la legislación (no olviden que este librito se escribió en el siglo XVII y puede estar desfasado), es un título que les invito a mostrar a sus hijos, no sólo porque aprenderán del presente, sino también del pasado (me encanta comparar el conocimiento del ayer y del hoy).
Una delicia que nos invita a empezar el curso con muy buen pie (o eso espero).



1 comentario:

  1. ¡Bienvenido!!!!!
    Interesante comienzo. Muy moderno este tipo. ;-)

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