Como las pasadas fiestas he tenido algo de tiempo, me he
dedicado a leer un poco, pues siempre parece que tengo olvidadas las obras de
narrativa y les recuerdo que, aunque el libro-álbum tiene mucho que decir, nada
desmerecen las historias donde la palabra es la protagonista pues, entre otras
cosas (ya saben: ampliar el vocabulario, exponer idear, expresarse con
corrección, leer con fluidez, etc.), nos ayudan a sumergirnos en nuestras
propias ideas sobre el mundo (al paso que extienden las de otros) y les ponemos la cara que más nos place. No se pierdan estos
títulos, porque no tienen ni mijita de desperdicio. ¡Hale! ¡A disfrutar!
Roald Dahl. El dedo mágico. Ilustraciones de Quentin
Blake. Loqueleo Santillana. Tanto este libro como el que le sigue son dos
obras de Roald Dahl que todavía no había leído. Esta, concretamente, me ha
encantado porque bebe del típico universo surrealista del autor y del poder que
tiene la infancia para solucionar las injusticias humanas. Todo parte de un
enfado monumental y un dedo mágico que intenta salvar vidas animales. Apto para
animalistas, aunque no todo se resume en ese discurso dirigido. Hay mucho más
en este librito ilustrado por mi admirado Quentin Blake.
Roald Dahl. Los mimpins. Ilustraciones de Claudia
Ranucci. Loqueleo Santillana. En este otro libro, el autor inglés nos
presenta un pequeño relato de aventuras en el que hacen aparición unos seres
diminutos, los mimpins, unas criaturas parecidas a los duendes, espíritus
de la naturaleza que ayudan al protagonista a escapar de las fauces del
terrible chupasangres-arrancadientes-mascapedruscos-escupijante (ahí es nada).
Bajo esta historia subyace otra de desobediencias infantiles y superación
personal. No se la pierdan.
William Steig. La isla de Abel. Ilustraciones del
autor. Traducción de María Luisa Balseiro. Blackie Books. Las pasadas
fiestas le hinqué el diente a este clásico de Steig, uno de los autores renovadores de
la Literatura Infantil contemporánea. El libro en cuestión narra la historia de
una pareja. Cuando se hallan en mitad del campo se ven sorprendidos por una
gran tormenta que arrastra a nuestro protagonista hasta una isla. Abel se
transforma en Robinson, en un naúfrago que intenta por todos medios regresar junto
a su amada. Una fábula que ahonda en la soledad, la capacidad de supervivencia y la voluntad humana (personificada en la de un roedor, claro está).
Pedro Mañas. Apestoso Tío Muffin. Ilustraciones de
Víctor Rivas. Anaya. Si quieren una novela divertida, aquí les traigo otra
de Pedro Mañas, el imparable autor español que al mismo tiempo que nos hace
disfrutar nos plantea ciertas realidades incómodas. El argumento esta vez tiene
que ver con un tío que huele fatal (además de algo estrambótico, a lo Roald
Dahl, tú sabes...) y una sobrina muy especial que viene de visita. Por en medio pululan un buen
elenco de secundarios que hacen que se anime la acción (mucho lío, ya saben),
pero que a un mismo tiempo nos ayudan a indagar en nuestras relaciones con los
demás, en la aceptación personal, en encontrar nuestro propio camino.
Recomendable al 100%.
Jens Raschke. ¿Duermen los peces? Ilustraciones de
Jens Rassmus. Loqueleo Santillana. Siempre espero algo interesante de los
libros blancos, parece que bajo esa impoluta apariencia se esconden cuestiones
de vital importancia. En este caso nos habla del duelo de una niña y su familia
tras la muerte del hermano e hijo. No es un libro fácil, puesto que trata sobre los
que se quedan, pero es hermoso (nuestro mundo está lleno de belleza, no lo
olviden) y cuenta con testimonios muy valiosos. Es recomendable tanto su
lectura individual, como grupal. Para niños con cierta madurez.
Oti Rodríguez
Marchante. La importancia del primer cero.
Ilustraciones de Carmen Segovia. A Buen Paso. Uno de los libros de
narrativa que más me han llamado la atención de esta tanda, sobre todo porque
se interna en la realidad de unos niños que dejan de serlo, de sí mismos y sus relaciones.
Me ha encantado la forma de presentar la historia en capítulos dedicados a cada
protagonista, ya que por un lado definen cada personaje, con sus recelos,
manías, miedos y anhelos incluidos, y al mismo tiempo los conecta entre sí para que indaguemos
en sus relaciones personales. Fiel al espíritu de la pubertad, con historia de
amor incluida. Se lo dice uno de secundaria.
Marka Miková. Varvara. El cuaderno de bitácora de una
ballena. Ilustraciones d eDaniel Piqueras Fisk. Narval. En este diario
de viaje novelado, la autora checa nos presenta un libro informativo que
intenta acercarnos a la vida de las ballenas grises, un mamífero marino (el mayor),
que tiene un modus vivendi muy particular (¿Sabían que viajan miles de
kilómetros para alimentarse?). Un título muy acertado para hablar de los
animales migratorios, de las cadenas tróficas, de la conservación del medio
marino, de la caza de los cetáceos y tantas cosas que se relacionan con el
currículo académico. Pero antes de eso, que los críos lean las aventuras de
esta pequeña ballena, unas que se llenan de alegría y tristeza, de amor y
amistad.
Luna Al-Mousli. Una lágrima. Una sonrisa. Mi infancia en
Damasco. Traducción de Susana Andrés. Milenio. Reconozco que unos tipos
de escritura me atraen más que otros, pero entiendo que el estilo de este libro
tiene su razón de ser pues está escrito desde la infancia, una época donde lo
directo y lo parco encierran cierta belleza. Aquí la autora nos acerca a sus recuerdos de niñez en
una de las ciudades más antiguas del mundo. Aunque algunos podrían tachar este
libro como informativo, yo considero que es algo más, pues debajo de esa
inocencia hay detalles que encadenan con realidades difíciles y poco deseables.
Una edición bilingüe impecable que puede dar mucho juego.
Shaun Tan. La ciudad latente. Ilustraciones del
autor. Barbara Fiore. Llegamos, para mi gusto, a la joya de la corona.
Aunque saben de sobra que siento debilidad por Shaun Tan y sus creaciones, he
de decir que casi todos los enteraos coincidimos en que este libro es de una
belleza sin límites. No sólo por lo surrealista de sus ilustraciones, llenas de
alusiones y simbolismos (me encantan las que acompañan los relatos que empiezan con Una vez fuimos extraños…, Osos
con abogados… o No me da miedo
la sala de espera.), sino también por unos textos evocadores que nos hablan
de muchas cosas (mis favoritos son Las
mariposas llegaron a la hora de comer y Piénsalo:
no hay mar en nuestra ciudad). Lean
sobre nuestra relación con el resto de seres vivos, sobre nosotros, del futuro,
del presente y del pasado, de lo que nunca sucederá y siempre ocurre. Sin duda: mágico.
Me encanta el libro de Shaun Tan y hemos coincidido pues justamente hoy he podido he publicado en mi cuenta de Instagram con el título de lecturas selectas.��
ResponderEliminarMe encantan los Mimpins. Divertidísimas ilustraciones de Claudia Ranucci, pero tengo una edición más antigua, ilustrada por Patrick Benson, que es preciosa.
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