Con los gimnasios y otros centros del bienestar hasta la
bandera, comenzamos la operación bikini con bastante antelación. Ya saben que
la Navidad ha hecho estragos en nuestras anatomías y hay que recuperar la
línea, que luego llegan los calores y hemos de destaparnos las vergüenzas. No
es que haya que ponerse en modo fideo -ya saben que donde hay chicha, también
hay alegría-, pero sí evitar los excesos, que luego nos pasan la minuta las
enfermedades cardiovasculares. Berzas, borrajas, alcachofas y bien de
legumbres, menear un poco el culo, y a lucir un palmito espectacular. Si por el
contrario se deciden por la comida ultraprocesada, los salsotes (que no
salseos), los embutidos y todo tipo de derivados harinosos, ya pueden seguir
soñando.
Hagan lo que quieran, pues yo soy más de interiores, pero
luego no vengan con sus culpas, lloren y aduzcan aquello de “¡Si no comí
nada!”…
[…]
-Por favor, doctor,
haga que no duela.
-¿Será que ha comido
exceso de abuelas?
Salen de una en una
haciendo calceta,
cuentan veintiuna
y tres bicicletas.
-¡Me duele la tripa!
¿Y ahora qué es?
Si son los cerditos,
¡solo comí tres!
Y salen tres cerdos,
con paja y madera,
trescientos ladrillos
y una hormigonera.
[…]
Mar Benegas.
En: ¡Si no comí nada!
Ilustraciones de Andreu
Llinàs.
2019. Barcelona: Combel.
Tuvimos la suerte de disfrutar de Mar Benegas en un curso que hizo la Asociación de bibliotecarias y bibliotecarios de Albacete y este fue uno de los libros que nos presentó Mar. ¡¡Me encantó! un repaso en verso por los personajes de los cuentos.
ResponderEliminar¡Un colofón maravilloso para cualquier sesión de cuentos tradicionales con un puntito muy canalla del médico de turno!
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