Joan Castejón. 2009. Miguel Hernández. Retrato imaginario. Tríptico. Óleo y cera sobre cartón.
Yo no
venero mártires, ni siglas tatuadas ni credos ni religiones. Cosa
harto difícil teniendo en cuenta que, en los tiempos que corren, hay
mucho interesado en confundir significado con significante. Las
ideologías son, sobre todo, para quienes las trabajan. Y mientras,
el resto de los mortales nos dedicamos a pagarlas, tanto en sentido
literal, como figurado.
Y
pasa que estoy de vueltas de todo. Y me dedico a lo literario. A
honrar las palabras. A recitar en voz baja. A pensar a Miguel
Hernández. Mi poeta junto a Machado.
Que
ventee sus versos mi voz. Y escurran por la tierra, si no rozan el
aire.
¡Miaumero! ¡Miaumero!
Una pelota roja.
Yo la quiero. Yo la
quiero,
aunque me quede coja.
Yo llegaré hasta el
costurero.
El costurero está muy
alto.
Pero todo será
cuestión
de dar valientemente un
salto
aunque me lleve un
coscorrón.
[…]
Miguel Hernández.
En: La gatita Mancha y
el ovillo rojo.
Cuentos para mi hijo
Manolito.
Ilustraciones de VV.AA.
Prólogo y edición de
Víctor Fernández.
2017. Madrid: Nórdica
Libros.
Larga vida a nuestros poetas y poetisas.
ResponderEliminar¡Shhh! Miriam (te lo digo al oído...): Ten cuidado con la palabra "poetisa" que aunque ya está más que aceptada, a muchos les duele en los tímpanos. Cosas del pasado de las que se alimentan los pobres de espíritu... Tu sabes...
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