Llega el momento de decirle adiós a este año, uno de tantos. Esto de los balances generales no está hecho para mí. La vida se constituye de millones de momentos enlazados de manera continua que nos empeñamos en subdividir, pero si a todo quisqui le da por evaluar lo pasado, me tendré que sumar al carro. Por ello señalo que, aunque algunos se hayan dedicado a confabularse contra uno, puedo decir, en líneas generales, que el 2008 ha sido un buen año. Y todos contentos, que es de lo que se trata.
Para ser breve y puesto que no les he felicitado las pascuas, ni he sido políticamente correcto (¿Para qué? Ya está el mundo harto de políticos –les recomiendo esa canción de Skunk Anansie, “Yes, It’s fucking political”- por lo que prefiero ser sincero), llega la hora de agradecerles su fidelidad, los comentarios disonantes y enriquecedores, todos esos piropos y halagos que he recibido (que también ustedes se merecen), tanto de los seguidores anónimos, como de los que conozco. Por todo ello les deseo un feliz año nuevo, no sólo porque se lo han ganado tras aguantar todas mis sandeces y excesos, sino también porque espero que sigan visitando este, su hogar, el sitio donde viven la fantasía, las palabras, el lugar donde habitamos los monstruos.
Feliz año 2009.
Para ser breve y puesto que no les he felicitado las pascuas, ni he sido políticamente correcto (¿Para qué? Ya está el mundo harto de políticos –les recomiendo esa canción de Skunk Anansie, “Yes, It’s fucking political”- por lo que prefiero ser sincero), llega la hora de agradecerles su fidelidad, los comentarios disonantes y enriquecedores, todos esos piropos y halagos que he recibido (que también ustedes se merecen), tanto de los seguidores anónimos, como de los que conozco. Por todo ello les deseo un feliz año nuevo, no sólo porque se lo han ganado tras aguantar todas mis sandeces y excesos, sino también porque espero que sigan visitando este, su hogar, el sitio donde viven la fantasía, las palabras, el lugar donde habitamos los monstruos.
Feliz año 2009.