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lunes, 31 de diciembre de 2012

Realidades navideñas (2): Fin de año



-          Manolo, ¿sabes donde vamos a cenar el sábado?
-          Creo que al “Bar Pepe”…
-          ¿A cuánto nos sale por barba?
-          Treinta y cinco lereles.
-          Odo… Me lo tendré que pensar…
-          ¡Macho, que un día es un día…!
-          Un día con vosotros, un día con la parienta, otro con los primos de Barcelona… Parado y con un chiquillo por llegar… Enero me lo veo en casa de la suegra… ¡Ya podríais haber buscado algo más económico!, que la Nochevieja ha llegado y si me descuido, tengo que empeñar el anillo de Camarón para pagar el cotillón…
-          Eso te pasa por irte de cotillón… Nosotros vamos de botellón a casa de López, María está hasta el pepe de garrafón, aglomeraciones y beodos…
-          ¡Na’! A poco que te descuides y entre pitos y flautas, te gastas treinta pavos, así que yo, por diez euros más, me sirven, me friegan y no tengo que comprometer a nadie, que eso también tiene su precio.
-          ¡Qué va! ¡El López lo hace encantado!
-          Ya se desencantará… Vecinos, discusiones y gente acoplada… ¡Que de fiestas, sé un rato!... Nosotros teníamos ganas de algo privado, que no lo habíamos catado nunca.
-          Si al final, el resultado será el mismo: pasar el primer día del año vegetando como animales de bellota y Gelocatil®… ¡Y sin ver el concierto de año nuevo!
-          Es lo que hay…, así que, si no te veo por ahí esta noche… ¡Feliz año nuevo!

jueves, 27 de diciembre de 2012

Los mejores álbumes ilustrados del 2012



Siempre que se acaba el año, proliferan como hongos esas subjetivas selecciones que suelen llevar por título “Los mejores títulos del 2012”, “2012, un año cargado de libros” o “Cosecha del 2012, libros con solera”. Aunque muy útiles para cribar los cientos de títulos que se publican anualmente, considero que es un despropósito no dar una oportunidad a otros muchos títulos que, si bien no son del agrado de nenas ñoñas (harto estoy de Rebecca Dautremer y Benjamin Lacombe), tienen un público que también lee y consume. A todo ello hay que añadir la salvedad de que los “enteraos” (que no entendidos, ni expertos…) realizamos esa selección durante todo el año para que los lectores disfruten paulatinamente de estos títulos, y no sólo sea la excusa que libreros y editoriales abanderen para hincharse así a manos llenas (con la que está cayendo… ¡ojalá!). Diretes a un lado, hago pública la votación que realicé para La mejor literatura infantil y juvenil del 2012 de El País, en las categorías de “álbum ilustrado” y “libros para nuevos lectores” (no he quedado muy contento con el resultado, peros siempre se agradece un poco de visibilidad “lijera”…), a la que añado otros igualmente interesantes.
Diciendo que un servidor sólo recomienda lo que lee él mismo, paliando las necesidades de todos aquellos que me escriben para pedirme consejo u ojo clínico a la hora realizar sus compras navideñas, dando las gracias a Elisa Silió por su trabajo y haber posado sus ojos sobre este lugar, y esperando que resuelvan todas esas rencillas y enemistades (me lo he pasado fenomenal leyendo los comentarios… denotan "calidez" navideña, ja, ja, ja), aquí les traigo mi personal criba –sólo incluyo títulos editados por primera vez en castellano- a la que adjunto un adjetivo para cada título. ¡Los nominados son…!

Primeros lectores


- Los pájaros, de Germano Zullo y Albertine (Libros del Zorro Rojo): OPTIMISTA.


- El arenque rojo de Gonzalo Moure y Alicia Varela (SM): CORAL.


- Donde está mi gorro de Jon Klassen (Milrazones): MACARRA.


- Tres cuentos infinitos de Cintia Martín y Consuelo Digón (Ediciones Tralarí): JUGUETÓN.


- Harold y el circo de Crockett Johnson (Miau): VISUAL.


- La merienda de Kveta Pakovska (Kókinos): COLORISTA.


- Henri viaja a París de Saul Bass (Gustavo Gili): DIFERENTE.

 Album ilustrado


- Excusas, excusas de Anushka Ravishankar y Gabrielle Manglou (Takatuka): REFINADO.


- Palabras para armar tu canto de Ramón Suárez y Cecilia Rébora (Kalandraka): HERMOSO.


- Nublado con probabilidades de albóndigas de Judi Barrett y Jon Barrett (Corimbo): EXTRAVAGANTE.


- La mejor bellota de Pep Bruno y Lucie Müllerová (Almadraba): CLÁSICO.


- El aniversario de Miquel Martí i Pol y Carme Solé Vendrell (El jinete azul): COMPLEJO.


-¡Shrek! de William Steig (Libros del Zorro Rojo): MODERNO.


- La ciudad de Armin Greder (Oceáno Travesía): ADULTO.

Imagen: Alessandra Vitelli.

miércoles, 26 de diciembre de 2012

Navidad económicamente responsable



Dado que ando muy entretenido con otros menesteres, deduzco que, durante estas fechas y para variar, en la parrilla televisiva se amontonan todo tipo de cortes publicitarios sobre juguetes, perfumes, ropa y demás objetos susceptibles de ser regalados a parientes y otros seres animados. Si a ello sumamos las ansias adquisitivas que nos consumen estos días de capitalismo, he creído oportuno hacer un llamamiento por una navidad económicamente responsable, que a mi juicio se basa en muchas consideraciones, de las que entresaco seis de ellas:
1.      Consuma productos nacionales. Desde el mejillón gallego hasta la endivia navarra, desde el queso manchego hasta el jamón extremeño, desde el dulce guinda malagueño hasta el turrón de Jijona. Nuestros productos son los mejores del mundo y, aunque a veces vacíen un poco más el bolsillo, debe tener en cuenta que lo que gaste, queda aquí (cosa que bien merecería una desgravación en la renta).
2.      Consuma productos elaborados a mano. La pequeña industria esta repuntando en nuestro país, el trabajo bien hecho y la originalidad son valores que deben ser reconocidos mediante un precio equilibrado. Artesanía, buenos materiales y creatividad son grandes bazas para regalar estas navidades.
3.      Evite los excesos. Las compras desorbitadas e inútiles que tanto ansían las grandes superficies provocan un excesivo número de importaciones (lo que se opone a la consideración 1), no reparten equitativamente la riqueza y crean un afán innecesario de inconformismo.
4.      Apueste por los detalles mínimos, las necesidades básicas, la salud, la educación y la cultura. Ingentes cantidades de colonia, armarios atiborrados de ropa sin estrenar, juguetes arrinconados y otra serie de estupideces no aportan calidad de vida. Invierta su dinero en el futuro de los demás.
5.      Confórmese y enseñe a los demás a conformarse. Si su familia está atravesando un duro bache económico, no se empeñe en regalar aunque ello le cueste ahondar en las esquilmadas finanzas personales. Todos deben ser conscientes de la realidad y arrimar el hombro, no sólo ahorrando, sino resignándose.
6.      No hay mejor regalo que el que se comparte con los demás. La compañía de familiares, amigos y conocidos no tiene precio.

Van Bilsen, Rita & Wilkeshuis, Cornelis. 1984. El mejor regalo. Madrid: SM.

lunes, 24 de diciembre de 2012

Realidades navideñas (1)



Dejando atrás el inicio navideño (espero que, al menos, la pedrea se haya apiadado de sus bolsillos… ¡qué vicio tan inútil el de la lotería!), me dedico hoy a desbaratar ese ambiente navideño que, aunque con buen fondo, enciende la mecha de muchos problemas que quedan ocultos por la rutina mundana.
Si hay una época en la que florecen los problemas humanos, esa es la Navidad (también apuntan psiquiatras y psicólogos hacia las vacaciones veraniegas), unos días en los que nos rodeamos de nuestros seres queridos y demás familia putativa, y a la par que algunas penas se ahogan en alcohol, otras reflotan con más virulencia, sembrando el rencor entre los que comparten sangre, suegra, herencia, hipoteca o cuenta bancaria. Tanto, que muchos desearían apuntarse al hinduismo y mandar a la mierda tanta hipocresía… Para muchos se figura el adviento un suplicio sin parangón, una tortura inquisitiva en la que, atiborrándose de cordiales y turrones, marquesas y mazapanes, mantecados y rollos de vino blanco, se intenta olvidar esa rencilla o aquella otra que tanto nos retorció la fibra años atrás.
Por todo ello, como monarca soberano de este lugar en el que viven los monstruos, les invito a destripar lo menos posible a su insufrible suegra, a ignorar al odiado cuñado de turno, a discutir mínimamente con su hermana, a consensuar el menú navideño con su terco padre y a desentenderse de la algarabía de hijos, primos y sobrinos, para encontrar esa felicidad interior a la que nos guía una estrella fugaz, la misma que siguió el pastorcillo de Max Bolliger y Štěpán Zavřel, para tejer esa canción ante el pesebre que recogió toda la Navidad.
Disfruten de la Nochebuena.

Bolliger, Max. 1986. La canción del pastorcillo. Ilustraciones de Štěpán Zavřel. Madrid: SM.

viernes, 21 de diciembre de 2012

Comenzando el invierno



Y como hoy se inicia el invierno, ¡qué mejor animal que la foca para ambientarse en el frío, el hielo y la ventisca…!

Sobre el hielo duerme la foca,
allí pasa el rato, perezosa.
Mueve sus cortas y lisas aletas
como si fueran robustas paletas.
Se calientan bajo su piel gruesa,
un aislante de grasa espesa.
No precisan lámpara en el Polo Norte,
donde el sol brilla incluso de noche.
Hacia el astro luminoso salta un pez
y la foca agradece esa exquisitez,
para comerse ese bocado no es vaga
y alegre se lo zampa, a dentelladas.
A lo lejos contempla la bahía
y la carne sosa del pez mastica.

No es difícil hacer de foca,
sólo hay que enrollarse en una colcha,
te deslizas con valentía por el suelo
y, a pescar con la pata, en mar revuelto.

Aleksander Ródchenko
La foca.
En: Animales animados.
Ilustraciones de Serguéi Tretiakov.
2012. Madrid: Editorial Gustavo Gili.

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Infiernos personales



Esta semana está siendo un infierno... Figurado, por supuesto, y nada comparable con el suplicio diario que viven muchos como consecuencia de la carestía de vida, la crisis económica o la inexistencia de los derechos básicos… por no hablar de enfermedades y otras tinieblas que nublan la leve subsistencia.
Cuando hablo de mi averno particular, me refiero a las montañas de papeleo que he de sortear evaluación tras evaluación, correcciones de exámenes interminables y decisiones propias que repercuten a otros. Si a todo ello añadimos una agenda repleta de actividades entre las que incluyo clases de inglés, pintura, una casa que limpiar, platos que fregar, menús que cocinar, recados que solucionar y un sinfín de tontunas más, obtenemos como resultado que no me puedo rascar el cogote, un lugar que también es necesario atender de vez en cuando para así descansar de agobios y multitudes navideñas (¿por qué me encantará la navidad?).
Siempre he pensado que martirios y suplicios son personales e intransferibles, es decir, el Altísimo –si es que nos ve- nos construye una morada infernal echa a nuestra talla y medida, que no sólo nos achicharra a miedos y fuego fatuo, sino a vicios inconfesables y pecados sufribles, de tal manera que podamos sopesar nuestro paso por el paraíso terrenal desde un prisma de redención y objetividad, cosa que no sirve de mucho a menos que tengamos una segunda oportunidad volviendo a esa vida que poco valoramos.
Para que mediten sobre su propio báratro, les recomiendo una historia que Jutta Bauer y Lóguez han editado en nuestro país bajo el título de Yo pasé por el infierno, cuarenta viñetas de mínimo tamaño (esta autora se ha especializado en el pequeño formato… ¡y no le va nada mal!) que, con buen humor, nos cuentan la historia de otro como nosotros, mortales, que “disfrutó” un tiempo de su particular infierno…

lunes, 17 de diciembre de 2012

¿Tolkien adaptado?



Cada vez que veo en la cartelera, el estreno de alguna adaptación literaria, tiemblo. No es para menos, ya que Hollywood, no sólo se empeña en destripar cualquier novela con un mínimo de éxito, sino que se permite la licencia de añadir a su gusto cualquier secuencia o detalle que haga ascender la rentabilidad del filme… Como podrán suponer, el viernes acudí a ver la versión cinematográfica de El hobbit de J. R. R. Tolkien, y hoy me toca quejarme de lo lindo… allá vamos…
Aunque Peter Jackson ha intentado ser fiel al texto de la obra infantil de Tolkien (no olvidemos que El hobbit, a diferencia de El señor de los anillos, estaba dirigida a lectores más inexpertos, por ello su extensión es menor y sus pretensiones son más ociosas que dogmáticas), ha sucumbido al omnipresente poder de la taquilla, por varias razones entre las que se cuentan:
-          Dividir en partes la historia (esperemos que sólo sean dos… Sería insufrible soportar seis horas de imágenes de un libro que puedes leerte en dos horas y media), para aumentar la recaudación.
-          Dar protagonismo a personajes testimoniales y/o de cosecha propia (¿Tanto protagonismo para un revanchista orco blanco? ¿para el nigromante? ¿Para Radagast…?), que denotan más egocentrismo, que libre interpretación (si prescindió de Tom Bombadil en la primera saga, un personaje con mucho peso literario, ¿por qué no ha obviado a estos secundarios?... Como diría Liza Minelli: “Money, money, money, money…”).
-          Abundantes huecos vacíos, imágenes estáticas, excesivo humor y acción insustancial (por no hablar del doblaje de las canciones, ¡lo odio!) hacen de una película fantástica un documental neozelandés barato sobre misticismo y chamanería.
Concluyendo, creo que es una buena oportunidad para volver a acercar el maravilloso mundo de Tolkien a los no instruidos en las artes lectoras (no olvidemos que el celuloide de El señor de los anillos, atrajo numerosos adeptos al mundo de la letra impresa, lo que bien merece una salve rociera), pero también considero que desvirtúa los mensajes, las palabras…

viernes, 14 de diciembre de 2012

De tiquismiquis y otras delicadezas del yantar



A todos los tiquismiquis.

Se acerca la navidad y con ella toda suerte de comestibles, manjares y exquisiteces que, aunque tienen muchos adeptos, también cuentan con demasiados detractores, léanse todo tipo de tiquismiquis que aborrecen el marisco, detestan las endivias o se atragantan con el mazapán. A todos ellos, les invito a reírse con estos versos y animarse a disfrutar de todos los sabores que tiene la vida, sobre todo si la compartes.

El zumo si es con pulpa,
no lo voy a probar.
Al melocotón con piel,
no me puedo ni acercar.

La nata de la leche,
qué asco me da;
y la piel del tomate
me molesta al masticar.

Soy un poco tiquismiquis,
no quiero que me invites a cenar.
Sufro cada vez que pienso
lo que en la mesa me voy a encontrar.

La carne un poco cruda,
los grumos del puré,
los huevos que hacen moco,
la coliflor con bechamel.

El pescado hervido,
muy poquito y sin espina;
casi me hace vomitar
el olor de las sardinas.

Eva Armisén y Marc Parrot.
Tiquismiquis.
En: ¡Todos a comer!
Ilustraciones de la autora.
2012. Barcelona: Lumen-Beascoa.

jueves, 13 de diciembre de 2012

Jueves Ilustrados: Dibujantes Trabajando



A modo de ese papel en blanco que Velázquez pinto en su Rendición de Breda o Cuadro de las lanzas para reivindicar la categoría artística del pintor, considerado entonces como mero artesano, los ilustradores y dibujantes argentinos se han lanzado a la calle para exigir un canon estatal -Proyecto de Ley A.U.R.A.- que les permita vivir dignamente durante los últimos años de vida, es decir, reclamar así una modesta jubilación que reconozca una labor, que aunque ejercida de manera liberal y autónoma, es para y por la sociedad.
Este movimiento profesional, del que pueden obtener más información AQUÍ, recibe el nombre de Dibujantes Trabajando y lleva realizando acciones por la causa, como talleres colectivos, demostraciones, exposiciones y manifestaciones a pie de calle bonaerense desde el pasado mes de agosto.
Es mucha la tradición de caricaturistas, historietistas e ilustradores que se respira en Argentina, un país que ha destacado siempre en los campos gráficos, visuales y publicitarios, una excusa más que suficiente para aupar esta iniciativa que no sólo afectará a futuros profesionales, sino que reconoce una tarea necesaria para niños y mayores, la de levantar imágenes sobre las palabras.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

¿Se necesitan escritores de literatura infantil?



Rebuscando en la blog-esfera enlaces suculentos que añadir a esta morada, la de los monstruos (¡necesito cantidad y calidad!), me topé con el espacio de Ana Garralón y un apropiado artículo suyo titulado ¡Urgente! Se necesitan escritores de literatura infantil. Esto me dio qué pensar y hoy miércoles, les regurgito esas maquinaciones…
Está en lo cierto Ana, cuando piensa en la desbocada cantidad de cualificados ilustradores que están emergiendo durante la última década, una situación debida al ingente número de artistas plásticos, diseñadores gráficos y otros sucedáneos del lápiz y la tinta que han encontrado en la ilustración de libros infantiles y juveniles un filón para la subsistencia. También dice La Garralón que, a pesar de este florecimiento gráfico, el mundo narrativo esta en un limbo, no sólo de creatividad (léanse esas narraciones líricas o las decenas de adaptaciones de los cuentos clásicos), sino de actividad (¿no me digan que, de repente, han dado con algún boleto premiado de la bonoloto?), cosa en la que también coincido, ¡eso sí!: esgrimo otros argumentos y razones para explicar semejante situación:
En primer lugar he de decir que, la literatura infantil, aunque se considera un género chico, es sumamente complejo, y son pocos los autores que se dedican a él, pero menos son los que obtienen renombre y éxito: tan sólo un puñado de autores pasan a la historia de la literatura infantil década tras década. Esto no quiere decir que filólogos, periodistas, redactores o aficionados, no tengan ni puta idea de coger un lápiz. En este país (y muchos otros) hay grandes profesionales de la escritura, con gran capacidad inventiva y gancho… Otra cosa es que no les den oportunidades o no quieran ser masacrados por otros congéneres con más suerte, por lo que recomendarles a Sierra i Fabra, me parece casi obsceno.
Otro de los factores que influyen en esta decadencia narrativa es la propia industria… Cegados por las ventas, los derechos de autor y otras artes codiciosas (¡bendito capitalismo!) es de esperar que los literatos, ansiosos de henchir su ego y su cuenta corriente (todos anhelamos vivir holgadamente), prefieran dedicarse a la novela y abandonar cuentos e  historias mínimas, que reportarán miserias y desgracias a tenor de las roñosas tiradas, la poca rentabilidad de los precios y el efímero reconocimiento.
En tercer lugar hablemos de la mafia editorial, profesional y “lijera”… Dado que de este ámbito de la literatura infantil pueden malvivir cuatro gatos, el florecimiento de nuevos creadores llevaría aparejado un reparto de los beneficios, por lo que la tarta quedaría no diezmada, sino esquilmada, perdiendo rentabilidad y eficacia, sobre todo para las grandes editoriales, los autores comodín y la panda de zalameros aduladores y meretrices "lijeras" que aúpan a ciertos mentecatos más aburridos que las piedras. Eso sin contar con los premios literarios (¿Llegará el día en el que formaré parte del jurado del Lazarillo, del Apel.les Mestres, del Nacional? Ja, ja, ja…) y las publicaciones institucionales. Harina de otro costal…
Para concluir con mis discrepancias, una recomendación: si quieren aire fresco, entreabran las ventanas.

Imagen: Yoko Tanji

lunes, 10 de diciembre de 2012

Tesoros escondidos



Si hay algo que no ha sentado bien a algunos integrantes del claustro del instituto donde trabajo es, sin duda, el haberme abanderado salvador de una biblioteca escolar condenada a la desidia, y por ende, al desorden.
Aunque bien dotada, la citada biblioteca pecaba de caótica y amalgamada, lo que conllevaba, no sólo al desastre organizativo, sino al bullicio de los usuarios, una imagen que quedaría resumida en las palabras “almacén” y “cuadra”. Es en este momento en el que entramos el aficionado bibliotecario y los responsables del plan de lectura del centro, pidiendo –casi suplicando- una gran purga de los fondos, una pizca de orden y un poco de autonomía. Así, y con poca confianza depositada sobre nosotros, comenzamos una firme andadura en la que reclamamos decenas de libros perdidos, eliminamos cientos de volúmenes obsoletos y sin valor académico ni editorial, iniciamos la re-colocación de los fondos, y ubicamos el mobiliario con corrección.
Este proceso, sobre el que cabe decir que todavía no ha culminado, ha traído aparejado el re-descubrimiento de un lugar con muchas posibilidades y de muchos libros susceptibles de ser leídos y disfrutados por estudiantes que, aunque en ese medio hostil que es la decadencia de un pueblo minero encaminado al despoblamiento y la pobreza, pueden aferrarse a las palabras para ir creciendo.
De entre todos esos libros re-encontrados, tome prestado uno de Christine Nöstlinger, el editadísimo Mi amigo Luki-live (Alfaguara), para leérmelo durante el pasado y largo fin de semana. Y me gustó. Basado en las peripecias amistosas y amorosas de una pareja de adolescentes bastante exóticos (gancho perfecto), una ambientación en el marco familiar y escolar (puntos a favor), el crecimiento personal y los cambios en la idiosincrasia (un punto más), y un lenguaje directo y cercano (otro plus), hacen una obra redonda para jóvenes. ¿Alguien da más?

viernes, 7 de diciembre de 2012

Manjares otoñales





Se va terminando el otoño y con él, el meloso sabor de los boniatos y la textura cremosa de las castañas. Esos platos de caza orlados de orejones y pasas, de dulces higos secos, de nueces y avellanas. Se apaga el rescoldo de los colores pardos, rojizos, de los árboles y cae el frío sobre las desnudas ramas…

Un aroma exquisito
sale del horno caliente…
¿Te apetece este otoño
un boniato
de piel veteada y crujiente?

*    *    *
¡Un tesoro!
¿Dónde?
¡Dentro de cada cáscara
se esconde!

Lola Casas y Francesc Chiva.
Boniatos y Frutos secos.
En: Ñam-ñam.
Ilustraciones de Gustavo Roldán.
2011. Villaviciosa de Odón: Almadraba-Hermes.
Imágenes: Sarah Melling

jueves, 6 de diciembre de 2012

Jueves Ilustrados: Ilustrísima 2012



En este lugar moran muchos monstruos que, con pinceles, lápices, tinta y mucha imaginación, intentan dar forma a los sueños que otros escriben, ayudando así a los lectores en el intrincado camino de las palabras… Motivo más que suficiente para iniciar una nueva sección dedicada a la ilustración infantil. Noticias breves, enlaces, trabajos de ilustradores contemporáneos, curiosidades y entrevistas, tendrán cabida en un espacio que servirá de escaparate para todo aquello que se cuece en la ilustración LIJ de nuestros días.
Este primer jueves de diciembre, día de nuestra vieja y vigente Constitución, servirá de marco para hacerme eco de Ilustrísima 2012, una exposición colectiva de unos cuantos ilustradores, que se llevará a cabo los días 13, 14, 15 y 16 de diciembre en el museo ABC -Paseo de la Castellana, -. En este edificio con mucha solera (¡que fachada de azulejos!) se reunirán obras de autores nacionales y foráneos consagrados – Juan Ramón Alonso, Emilio Urberuaga, Zuzanna Celej o Javier Olivares-, o nóveles – Vero Navarro o Nikita Rodríguez-, que no sólo podrán contemplarse, sino también ser adquiridas a precios asequibles (hagan algo por los artistas de este país, que por China, ya hacemos mucho…). Al mismo tiempo, se desarrollarán varias actividades relacionadas con el mundo del dibujo y la ilustración, entre las que destacarán talleres o mesas redondas. ¡Visítenla! 

miércoles, 5 de diciembre de 2012

De secretos



¡Chssstt! ¡Chsssst!... Acérquese… Sí, sí, usted…, sin hacer ruido…, sigilosamente… Tengo que contarle un secreto y no quiero que nadie nos oiga… Podrían sospechar e intentarían enterarse de lo que le voy a confiar… No es que sea un secreto de estado, de esos de los que depende la vida de cientos de personas… Tampoco chiquito, como las hormigas… Pero es mío y con eso, basta... Estuve dudando mucho tiempo… ¿Se lo digo? ¿No se lo digo?… ¿Será usted cauto?... Prometamelo. Antes nadie guardaba mis palabras y empecé a esconderlas en el hueco más profundo de los bolsillos, en el dobladillo de los pantalones o en el estuche de los lápices…, lo malo es que olvidaba esos recovecos, y los secretos, al cabo de los meses, acababan perdidos… ¡No hay nada como la oreja de un amigo para guardar los secretos!... Nunca se extravían entre los recuerdos innecesarios, ni pierden el valor como los billetes viejos y usados… ¿Usted no tiene secretos…? Las personas mayores tienen menos secretos que los niños, aunque mucho más grandes. Los nuestros son como los pájaros… Abundantes…Volanderos… Aunque yo prefiero tener solo uno, que, en la jaula de mis sueños, trine y me haga feliz, sin que los demás puedan escucharlo.

BENINI PIETROMARCHI, Sophie y SIGNORINI, Livia. 2012. El libro de los secretos. Barcelona: Thule.

lunes, 3 de diciembre de 2012

Ideas y mecenazgos





Tras un gélido fin de semana en el que me he visto obligado a claudicar ante el radiador (y este sólo es el comienzo…), quiero compartir con todos ustedes –y “ustedas”, iguales en género y especie-, una experiencia que me ha encantado y a la que me he sumado casi instantáneamente: la edición de tres cuentos mediante el llamado “crowdfunding”, una forma de mecenazgo semi-anónimo para proyectos con necesidades presupuestarias, todo ello, gracias al omnipresente poder de la red.
Cintia y Chelo, Chelo y Cintia, a base de exprimirse el seso, tuvieron una idea, que podéis ver AQUÍ, en la que creyeron, y como no tenían ni un duro para llevarla a buen puerto, pensaron que lo mejor sería pedir prestado ese dinero… Como bien saben, los bancos hoy día no están para prestar sino para pedir, así que este tándem de ilustradora y escritora decidió echar mano de Verkami y el llamado “crowdfunding” para que unas cuantas almas caritativas y con buen criterio aportasen el capital necesario y así editar sus tres cuentos infinitos  recibiendo como recompensa ejemplares de estos y algún que otro regalo en agradecimiento por la confianza manifiesta. El objetivo se ha logrado con creces y tendrá como resultado que el verbo se haya hecho carne y habite estas navidades entre nosotros (o eso espero…)
Y ahora es cuando me preguntan eso de “¿Y tú, Román? ¿Con esa firme oposición a estas moderneces, te has prestado a formar parte de ellas…?” El Román, aunque arcaico, no confunde la velocidad con el tocino, y sabe diferenciar un buen trabajo de las decenas de mierdas que nos proponen las editoriales en estas fechas tan propicias para el consumo masivo, ¡que para eso estamos los gurús “lijeros”!… Más aún, afirmo que es preferible regalar este trío de historias mínimas a precio asequible y narradas a golpe de origami, y, de paso, ayudar a que florezca la creatividad nacional, a que los magnates de la letra impresa se enriquezcan encasquetándonos refritos de libros que ya perdieron el brillo… Porque, ¿quién prefiere una bombilla de bajo consumo cuando puede alumbrarse con un farolillo lleno de luciérnagas?