martes, 31 de octubre de 2023

Ambientación victoriana


Halloween. Fúnebre, tenebroso, romántico. Todo me recuerda a la época victoriana. Si como yo, son unos apasionados de este periodo de la historia británica, les recomiendo que en futuras visitas al Reino Unido, se acerquen a un lugar con mucho encanto: la Dennis Severs’ House, un espacio situado en el número 18 de Folgate Street, en el marco del East London, zona con mucho tirón desde que Shoreditch se puso de moda entre los artistas de finales del siglo XX y los hipsters de los primeros 2000.


No les voy a negar que la historia de esta casa-museo es un poco especial. Dennis Severs, personaje bohemio de origen americano, decidió adquirirla en 1979 y, siguiendo el ejemplo de otros propietarios que, como Gilbert and George o Raphael Samuel, intentaban recuperar estas viviendas históricas, decidió darle una nueva vida desde una visión teatral que consistía en recrear el hogar de la imaginada familia Jervis, unos tejedores de seda de origen hugonote que la hubieran habitado de 1725 a 1919, hasta que una mañana, de repente, se marcharon de ella dejándola tal cual.
Con esta idea a caballo entre la realidad y la ficción, el propietario y su pareja empezaron a comprar (y fabricar) muebles, menaje, cortinas y alfombras de aquella época, para vestir las diez estancias que la componen, evocando momentos incidentales de la vida de esos habitantes inventados para devolverla así a la vida en pleno siglo XXI.
Semanas antes de su muerte en 1999, el Spitafields Trust decidió comprarla, mantener la obra de Severs y dar a conocer su labor creadora a través de visitas nocturnas a la luz de las velas, visitas guiadas, recreaciones y diferentes charlas en un edificio que ha inspirado a escritores como Brian Selznick, autor de La invención de Hugo Cabret.


Cuando se animen a dar una vuelta por allí, no se olviden de llevar bajo el brazo Desdichas de una familia victoriana, un álbum, para mi gusto exquisito, de Idoia Iribertegui y que publicó hace unos meses la editorial gallega Triqueta.
La autora navarra nos sumerge en una historia llena de sombras y mucho humor negro en la que, tomando como hilo conductor un secreto familiar, se suceden una serie de muertes concatenadas que nos presentan los lazos que unen a todos los personajes en torno a la figura de Henrietta, verdadera desdichada de este culebrón dickensiano.


Muertes por accidentes, causas naturales y asesinatos ocurren en 10 capítulos dedicados a todas y cada una de las personas que articulan esta historia coral que queda muy bien resumida en ese árbol genealógico/álbum fotográfico que recoge las guardas y nos anticipa una narración con mucha chicha y repentinas revelaciones.


Elaboradas en blanco y negro, las ilustraciones de este libro casi circular fueron seleccionadas en la Feria de Bolonia del 2023. Tinta, lápiz y acuarela, bastantes lápidas y cementerios, y luz tenue recrean una atmósfera ideal para una narración que hubiera encantado a Edgar Allan Poe o Edward Gorey y atrapa desde el principio hasta el final.
Y así, con Moorland House de fondo, les deseamos una noche de ánimas en la que honramos a los que ya no están pero cuyo recuerdo sigue vivo.

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