Martes. Víspera del día de todos los santos. La gente con ganas de jarana, esqueletos y
disfraces. Lo que se prometía un día tranquilo va caldeándose.
Máscaras, maquillaje, harapos, ¡y que viva la fiesta! Espero que
con tanta emoción no pillen un buen tabardo, porque a pesar del
cambio climático, por la noche rasca y no hay que hacer demasiado el
fantasma: quién no es previsor, en noches como esta, pilla un
buen resfriado. Que andan por ahí muchos monstruos, Aideko entre
ellos, que es un poco desalmado...
¡Eh,
tú! Pareja, dos hijos, dos coches, un perro labrador, la casa en el
campo, portátil, televisión de no-sé-cuantas pulgadas, un traje a
medida, piscina con vistas al mar, un reloj de oro, decenas de
felicitaciones de cumpleaños y un bíceps como mi cabeza ¿para qué?
¿Para seguir igual de vacío? ¿Acaso no te das cuenta que todo eso
que con tanto empeño coleccionas no van a llenar el enorme hueco que
tienes en el corazón? (Por no hablar de tu cerebro, que no cultivas
con mucho ahínco que digamos...).
Veo
mucha gente como tú todos los días. Veinteañeros o cuarentones. Da
igual la edad. Alto, bajos, gordos y flacos. El tiempo pasa y todos
se empeñan en traducir en plena felicidad una ventajosa sociedad del
bienestar que desde occidente creemos merecida, pero lo cierto es que
llegar hasta esa cima depende de uno mismo. No diré que haya que
abandonar toda esperanza ni promover la vida ascética (los bienes
también ayudan sobre todo cuando se trata de pagar tratamientos
médicos, sillas de ruedas o platos de ducha planos), pero sí
romperé una lanza por entenderse a uno mismo y tener claros los
objetivos de nuestra existencia.
Flacos
favores se figuran resentimientos, envidias y enfados. Lo mismo digo
de autocompasivos, condescendientes y otros insanos. Quizá la única
manera de quedarse en el mundo y no vivir obnubilado por la meta, sea
el propio camino, disfrutar de los momentos, los buenos, claro, y
llorar los malos. Con excesos y sosiegos, amigos, pares y hermanos,
que si nos alejamos de los nuestros por torpes, enérgicos o pesados,
perderemos el norte y la crítica útil, la que sale del cariño y
los estrechos lazos.
Parece
ser que la gente no hace nada por vivir cuando la vida ha puesto por
ellos toda la carne en el asador. Depresiones, taquicardias, histeria
y muchos ansiolíticos nos restan más que nos suman y sería una
pena que, una vez llegada la hora, decirle adiós al mundo con media
sonrisa.
Llenemos
nuestros vacíos de cosas que merezcan la pena. De caricias y dulce
de leche, de besos y piruletas, con las peleas de almohada, y algún
silbido picante, de las estridencias de padres y hermanos, de la luz
que tenía tu mirada. De arroz con leche y saltos a la comba, de las
cúpulas doradas y los arcos del soportal, de blanco de las jaras y
el perfume de la lavanda. También con aquel examen fallido, la
verbena de San Juan, jotas, seguidillas y nanas.
¡Eh,
tú! ¡Busca un libro con que llenarte! ¡Los hay a montones! ¿Por
qué no Vacío de Catarina Sobral (Adriana Hidalgo en
su colección Pípala)? Seguro que ese te encanta. Habla de otro
tonto como tú que busca, sin saber muy bien el qué. El caso es
encontrarlo.
Si hace unos días
celebrábamos el Día de la Biblioteca, hoy, 28 de octubre toca
festejar el Día Internacional de la Animación. Aunque el primero
tiene mucha solera para los monstruos lectores, este segundo, a mi
juicio, no debería desmerecerle nada. He aquí unos cuantos
motivos...
La relación entre el
séptimo arte y la literatura es bien conocida por todos. Los libros
son una gran despensa de historias y personajes para los estudios
cinematográficos. Existen multitud de adaptaciones de libros que han
llenado la gran pantalla, y los libros infantiles no podían ser
menos. Unas sinergias artísticas que se hacen muy patentes cuando
los títulos gozan de mucha aceptación entre el público infantil,
de tal manera que constituyen un reclamo inmejorable a la hora de las
estrategias comerciales.
De entre todas estas
adaptaciones hoy toca destacar aquellas que pertenecen al llamado
cine de animación, un género que goza de muy buena salud desde que
las nuevas tecnologías entraron en juego. Pero, ¿por qué hay
tantas versiones y adaptaciones de los libros infantiles en forma de
“dibujos animados” (N.B.: Entrecomillo porque algunos consideran
un tanto denigrante esta denominación)? En primer lugar hay que
llamar la atención sobre los orígenes del cine de animación. Y si
no, fíjense en los llamados “flip-books” o folioscopios, formas
primitivas de lo que hoy en día es la animación.
Cesc Pujol. Amb gust de sal. Sd Edicions.
Paola Dragonetti. Plaf! Sd Edicions
Si además tenemos
en cuenta que los primeros estudios de animación necesitaban
ilustradores para dale forma a sus creaciones, unos profesionales que
abundaban en el mundo del libro infantil, las sinergias entre ambos
mundos era de esperar. Por citar un ejemplo de ilustradores que
trabajaron en ambos campos tenemos a Kay Nielsen.
Además de todo esto
tenemos que prestar atención al género del libro-álbum, un tipo de
libro en el que la ilustración secuenciada tiene mucho valor, y que
podría ser considerado (de manera reduccionista) como un híbrido
entre la narración textual y la narración animada estricta. Si bien cabría esperar que el álbum fuese un tipo de obra muy adecuada para
cortometrajes teniendo en cuenta el lapso de tiempo en el que se
desarrolla la acción, también podemos ver ejemplos de largometrajes
basados en álbumes como El expreso polar o ¡Shrek!
Con estas pinceladas y animándoles a que lean todos los libros antes de verlos en sus pantallas (ya expliqué en este post el porqué), les dejo con una buena tanda de libros transformados
en películas o cortometrajes de animación. Muchos son conocidos,
otros no tanto. Muchos títulos constituyen inmejorables ejemplos de
buenas adaptaciones y también los hay que se consideran nefastas
producciones de animación. En su mano está leerlas, verlas y dar su
veredicto.
¡Feliz
Día de la Animación!
LARGOMETRAJES
Margret
(Waldstein, apellido de soltera) & H. A. Reyersbach (abreviado
Rey). Curious
George.
Medialive Content. Existen numerosas ediciones bilingües.
J.
M. Barrie. Peter
Pan y Wendy.
Ilustraciones de Robert Ingpen. Blume.
Lewis
Carroll. Alicia
en el país de las maravillas
y Alicia
en el espejo.
Tengo dos ediciones fetiche, la ilustrada por Rebecca Dautremer en
Edelvives y la iluminada por Helen Oxenbury (Blume).
Felix
Salten. Bambi.
Planeta.
Jean-Marie
Leprince de Beaumont. La
bella y la bestia.
Reino de Cordelia.
Jakob
y Wilhelm Grimm. Blancanieves
y los siete enanitos; La bella durmiente; La Cenicienta.
En: Cuentos de Grimm. Anaya.
H. C. Andersen. La sirenita. En: Cuentos de Andersen. Anaya.
Munro Leaf. Ferdinando el toro. Lóguez.
E.
B. White. Stuart
Little.
Ilustraciones de Garth Williams. Loqueleo-Santillana.
Hergé.
Las
aventuras de Tintín. El secreto del Unicornio.
Juventud.
Johan Sfar. El pequeño Vampir. Fulgencio Pimentel. (También existe serie de animación)
Ursula
Le Guin. Cuentos
de Terramar.
Minotauro.
Eiko Kadono. Nicky, la aprendiz de bruja. Nocturna.
Diana
Wynne Jones. El
castillo ambulante.
Berenice.
Mary
Norton. Los
incursores.
Blackie Books.
Joan G. Robinson. When Marnie was here / El recuerdo de Marnie. (El libro todavía no disponible en castellano)
Robert
C. O'Brien. La
señora Frisby y las ratas de Nimh.
Ediciones B.
Eve Titus. Basil, el ratón superdetective. Blackie Books.
Charles
Dickens. Canción
de Navidad.
Anaya-Tus Libros.
William
Steig. ¡Shrek!
Libros del Zorro Rojo.
Dr.
Seuss. El
Lórax.
(N.B.: Aunque la mayor parte de la obra de este autor está editada
por Beascoa, no tengo muy claro si incluye este título, aunque sí
se encuentra en castellano)
Chris
Van Allsburg. El
Expreso Polar.
Ekaré.
Judi
Barrett y Ron Barrett. Nublado
con probabilidad de albóndigas.
Corimbo.
Jakob Martin Strid. La increíble historia de la pera gigante. Gribaudo.
Rudyard
Kipling. El
libro de la selva.
Ilustraciones de Gabriel Pacheco. Sexto Piso.
Roald
Dahl. James
y el melocotón gigante.
Ilustraciones de Quentin Blake. Loqueleo – Santillana.
Roald
Dahl. El
gran gigante bonachón.
Ilustraciones de Quentin Blake. Loqueleo – Santillana.
Roald
Dahl. El
superzorro.
Ilustraciones de Quentin Blake. Loqueleo – Santillana.
Roald Dahl. Cuentos en verso para niños perversos. Loqueleo - Santillana.
Dino Buzzati. La famosa invasión de los osos en Silicia. Gallonero.
Julia Donaldson y Axel Scheffler. Stick Man (inédito en castellano, aunque la película sí está disponible).
Antoine
de Saint Exupéry. El
principito.
Salamandra. Aunque se han hecho varias versiones animadas, la mejor
es la última dirigida por Mark Osborne
Kate
DiCamilo. Despereaux.
Ilustraciones de Timothy Basil Ering. Noguer.
Cressida
Cowel. Como
entrenar a tu dragón.
SM.
Marla
Fraaze. El
bebe jefazo.
Bruño-Cubilete.
Kathryn
Lasky. Los
guardianes de Ga'Hoole.
Ediciones B.
A.A. Milne. Winnie de Pooh. Ilustraciones de . Editorial Valdemar
Dorothy Wall. Blinky Bill. (Película y libro disponibles en castellano)
Norman Lindsay. El pudding mágico. Anaya. (Película disponible en castellano)
Neil
Gaiman y Dave McKean. Coraline.
Salamandra.
William Joyce. Colección Los guardianes de la infancia (4 vols.). Combel / Bambú
Ángela
Sommer-Bodenburg. El
pequeño vampiro.
Loqueleo-Santillana.
George Orwell. Rebelión en la granja. Libros del Zorro Rojo.
Mathias Malzieu. La mecánica del corazón. Random House.
Mary
Norton. The
Magic Bed-Knob or How to Become a Witch in Ten Easy Lessons
o Bed-Knob
and Broomstick.
Inédita en castellano fue adaptada al cine por Disney como La
bruja novata,
una película de animación con actores de carne y hueso y elementos
de animación.
P.
L. Travers. Mary
Poppins.
Ilustraciones de Julia Sardá. Circulo de Lectorres. Fue adaptada al
cine por Disney de la misma forma que la anterior.
Sven Nordqvist. Serie Petterson y Findus. Flamboyant (Película del mismo estilo que las anteriores y disponible subtitulada)
Mary Stewart. The Little Broomstick. Inédita en castellano. Adaptada como Mary y la flor de la bruja.
Lois Lowry. Los hermanos Willoughby. Anaya.
Benjamin Renner. El malvado zorro feroz. Reservoir Books.
Noelle Stevenson. Nimona. Astiberri. (Cómic)
Tosca Menten. La venganza de Oink. TakaTuka.
MEDIOMETRAJES Y SERIES DE ANIMACIÓN
Jill Barklem. Cuentos de la serie El seto de las zarzas. Editorial Blackie Books.
Luke Pearson. Hilda. Barbara Fiore.
Charlie Mackesy. El niño, el topo, el zorro y el caballo. Penguin.
Mac Barnett y Jon Klassen. Triángulo / Cuadrado / Círculo. Lumen.
CORTOMETRAJES
William
Steig. Doctor De Soto. Blackie Books (otra edición más antigua en Alfaguara / Altea).
Raymond
Briggs. The Bear.
Edición inglesa.
Raymond
Briggs. Papa Noel. La
Galera.
Raymond
Briggs . El muñeco de nieve.
La Galera. (Con la participación de David Bowie)
Jean
Gionno. El hombre que plantaba árboles.
Duomo Ediciones.
Tomi
Ungerer. Los tres bandidos.
Kalandraka.
Tomi
Ungerer. El sombrero.
Alfaguara.
Julia Donaldson y Axel Scheffler. El Grúfalo. Bruño. (No hay enlace directo)
Eric
Carle. La pequeña oruga glotona.
Kókinos.
Eric Carle. El grillo silencioso. Kókinos.
Etienne Delessert. Serie Yok-Yok. Altea.
Shaun
Tan. La cosa perdida.
Barbara Fiore Editora.
Wolf
Erlbruch. El pato y la muerte.
Barbara Fiore Editora.
Berner
Holzwarth y Wolr Erlbruch. El topo que quería saber quien
había hecho aquello en su cabeza.
Loqueleo-Santillana.
John
Burningham. Grandpa.
Edición inglesa.
Arnold
Lobel. Sapo y Sepo.
Loqueleo-Santillana.
Norton
Juster. El punto y la recta. Fondo de Cultura Económica.
Ludwig
Bemelmans. Madeline. Libros del Zorro Rojo.
Maurice
Sendak. El letrero secreto de Rosie.
Kalandraka (adaptación de la obra).
Maurice
Sendak. La cocina de noche.
Kalandraka.
Maurice
Sendak. Donde viven los monstruos.
Kalandraka.