lunes, 13 de diciembre de 2010

Novedades y navidades


Regresando de otros mundos, los del caos y la miseria, me topo paradójicamente con la navidad, una buena excusa para hacer de tripas corazón y dejar rienda suelta a la efusividad consumista (si es que la paga extra me deja…). Y entre el bullir de las calles y el silencio de los comercios -cosas de las crisis-, voy metiendo el hocico (no procede la conjugación del verbo “hozar” hasta que mi señora madre compre el ya clásico lebrillo de mantecados “made in Confitería Conchi”, los más afamados de la “cité”) entre este y aquel estante para ver si doy con alguna joya literaria que echarme en la mariconera.
Por lo pronto, en el día de hoy les voy a recomendar la lectura de una de las estrellas que estos días titila en el firmamento de la LIJ, 1001 Libros infantiles que hay que leer antes de crecer, libro de consulta que, bajo el criterio de Quentin Blake (cosa que puede resultar muy interesante para muchos ilustradores: hay miradas y miradas…) y Julia Eccleshare, reseña una buena representación de libros dirigidos al público infantil (una inmensa mayoría de álbumes ilustrados de todas las épocas y para todas las edades).
Defiendo del hilo al pabilo publicaciones como estas, tan necesarias para dar a conocer el género librero que nos hace babear a los monstruos que aquí vivimos, pero como soy “el chico de los peros”, me toca sacarle la tara:
Aunque editado al castellano por Grijalbo, denoto cierto sabor anglosajón que no acabará de llenar al público “lijero” de lengua castellana en general, aunque también es cierto que para los paladares más especializados (bibliotecónomos e investigadores) se puede antojar un exquisito bocado, por lo que la adquisición del mismo lo dejo en manos de cada cual, no sea que con tanta animación lectora salgan jaurías de detractores apaleándome los riñones.

1 comentario:

miriabad dijo...

Pues, yo como soy monstruosa, se me fueron lo ojos a este libro en una librería, hace poco, y tuve que hacer esfuerzos por no comprármelo. Y es que en estas fechas hay que mirar el eurito para no quedarnos secos... A ver si los reyes magos se acuerdan de mí...