viernes, 11 de febrero de 2011

De cómo germina el amor


Empezando con cierto cansancio las pequeñas vacaciones que nos regala el calendario escolar (Lunes, 14 de febrero: festivo…, pormenores de las fiestas locales), de las que no me quejo –aviso-, he decidido solidarizarme con los amantes y amados, y dedicarles (¡A veces el amor ajeno es tan satisfactorio…! Se lo dice un soltero… -Suspiro-) unos versos en forma de lección de biología, mi especialidad didáctica.

Planté una mata de amor
en el fondo de mi vida.
La semilla fue brotando.
Primero echó raíz,
de la raíz nació en brote,
del brote nació la yema,
de la yema nació el tallo,
del tallo nació la hoja,
de la hoja nació la flor
y de la flor nació el fruto.

Y el fruto, que estaba verde,
después se puso maduro.
Y con él yo hice un dulce,
que te di para probar,
que te di para querer,
que te di para gustar.

Ricardo Azevedo.
Lección de biología.
En: Poemas con sol y son.
Ilustraciones de Vicky Ramos.
2001. Coedición Latinoamericana.

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es que no deberíamos poner tan lejos la ciencia y el arte. Se pueden dar la mano y hacer muy buena pareja.
Saluditos, Miriam