Perdonen si se han sentido abandonados durante la pasada semana, pero un servidor es de esos que sufren los exámenes universitarios en silencio, dedicando los días previos a las pruebas, la mayor parte del tiempo libre a memorizar y comprender todo lo que no ha memorizado ni entendido a lo largo del cuatrimestre… Y pensarán indignados: “¡Parece mentira tratándose de un profesor…!” A lo que, a modo de respuesta, me ruborizaré como un quinceañero... C’est la vie…
Tras realizar una comparación introspectiva entre mis años de estudiante mozo y los que ahora vivo, les comento que algo ha cambiado en mis hábitos de estudio: prefiero el silencio de cualquier rincón, llámese aula vacía, sala de estar o banco en el parque, al rumor tumultuoso de las bibliotecas y las mal llamadas salas de estudio…Sí, otro capricho paradójico mío teniendo en cuenta que soy un defensor acérrimo de estos lugares donde viven los monstruos, eso no quita para opinar sobre el veto de entrada a escandalosos en exceso y marrulleros sin mesura…Sí, sí, sé de ese nuevo concepto de biblioteca, la biblioteca abierta, que abandona el hermetismo para que el ciudadano campe a sus anchas entre la cultura infinita, esa biblioteca que se toca, se escucha, e incluso se saborea. Que la biblioteca no es una cripta repleta de sarcófagos con momias dedicadas a la lectura, la morada del saber, lo sabemos ¿todos?, pero creo que ambas visiones pueden convivir bajo un clima de respeto y entendimiento, ¿o no?... Pensándolo bien, para preparar el próximo examen me acercaré a mi biblioteca favorita, estudiaré mientras los susurros de los demás me lo permitan y, cuando no sea así, dejaré caer mi cabeza sobre la mesa y soñaré con todos los mundos que encierran los libros que me rodean, quizá me encuentre con algún pez rojo que me guíe, que me descubra lo que nunca imaginé…
B.S.O.: Paulina. 2010. The lazy song. (Bruno Mars’ cover).
Tras realizar una comparación introspectiva entre mis años de estudiante mozo y los que ahora vivo, les comento que algo ha cambiado en mis hábitos de estudio: prefiero el silencio de cualquier rincón, llámese aula vacía, sala de estar o banco en el parque, al rumor tumultuoso de las bibliotecas y las mal llamadas salas de estudio…Sí, otro capricho paradójico mío teniendo en cuenta que soy un defensor acérrimo de estos lugares donde viven los monstruos, eso no quita para opinar sobre el veto de entrada a escandalosos en exceso y marrulleros sin mesura…Sí, sí, sé de ese nuevo concepto de biblioteca, la biblioteca abierta, que abandona el hermetismo para que el ciudadano campe a sus anchas entre la cultura infinita, esa biblioteca que se toca, se escucha, e incluso se saborea. Que la biblioteca no es una cripta repleta de sarcófagos con momias dedicadas a la lectura, la morada del saber, lo sabemos ¿todos?, pero creo que ambas visiones pueden convivir bajo un clima de respeto y entendimiento, ¿o no?... Pensándolo bien, para preparar el próximo examen me acercaré a mi biblioteca favorita, estudiaré mientras los susurros de los demás me lo permitan y, cuando no sea así, dejaré caer mi cabeza sobre la mesa y soñaré con todos los mundos que encierran los libros que me rodean, quizá me encuentre con algún pez rojo que me guíe, que me descubra lo que nunca imaginé…
B.S.O.: Paulina. 2010. The lazy song. (Bruno Mars’ cover).
1 comentario:
Ay, bibliotecas y estudiantes, peliagudo tema, sí señor.
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