Queridos Reyes Magos:
Aquí Román, desde Albacete capital… Supongo que les pillo descansando tras la ajetreada jornada de ayer, pero no podía reprimirme más, y, como felino enfadado, he cogido el ordenador para asestarles una serie de reproches a modo de zarpazos…
En primer lugar, advertirles de que he intentado ser buena persona durante el año que hemos dejado atrás… Sí, si, pese a que vocifere mucho en clase, haga gala de una sutil ironía y no sea lo políticamente correcto que todo el mundo desearía, obro de buena fe en todo momento, lo que me convierte en un ser humano, si no correcto, al menos vulgar.
Después de esta aclaración, preguntarles: ¿Cuántos años han de pasar para que me regalen un libro por Navidad…? Estoy harto de menaje del hogar, de juegos de sábanas y de todo tipo de infraestructura doméstica. Ya que las editoriales andan caninas con esto de una crisis que todos han provocado y nadie va a solventar, esperaba, como mínimo, un gesto caritativo de vuesas excelsas majestades… Sólo les había pedido un par de volúmenes recién reeditados llenos de cuentos cortitos que aligerasen el estudio invernal, y no me han dejado ni tan siquiera una migaja de carbón. A eso no hay derecho… ¡Odo! Aquí ha tenido regalo hasta la Intemerata, que si muñecas góticas, que si videoconsolas de última generación o el quién-es-quién futurista, y un servidor se ha quedado compuesto, con dos palmos de narices y sin regalo.
Espero que con esta reprimenda tomen nota para el año próximo y sean más condescendientes con el que aquí suscribe.
Deseándoles un año repleto de trabajo –que falta hace…-, les envía un saludo,
Román Belmonte
Aquí Román, desde Albacete capital… Supongo que les pillo descansando tras la ajetreada jornada de ayer, pero no podía reprimirme más, y, como felino enfadado, he cogido el ordenador para asestarles una serie de reproches a modo de zarpazos…
En primer lugar, advertirles de que he intentado ser buena persona durante el año que hemos dejado atrás… Sí, si, pese a que vocifere mucho en clase, haga gala de una sutil ironía y no sea lo políticamente correcto que todo el mundo desearía, obro de buena fe en todo momento, lo que me convierte en un ser humano, si no correcto, al menos vulgar.
Después de esta aclaración, preguntarles: ¿Cuántos años han de pasar para que me regalen un libro por Navidad…? Estoy harto de menaje del hogar, de juegos de sábanas y de todo tipo de infraestructura doméstica. Ya que las editoriales andan caninas con esto de una crisis que todos han provocado y nadie va a solventar, esperaba, como mínimo, un gesto caritativo de vuesas excelsas majestades… Sólo les había pedido un par de volúmenes recién reeditados llenos de cuentos cortitos que aligerasen el estudio invernal, y no me han dejado ni tan siquiera una migaja de carbón. A eso no hay derecho… ¡Odo! Aquí ha tenido regalo hasta la Intemerata, que si muñecas góticas, que si videoconsolas de última generación o el quién-es-quién futurista, y un servidor se ha quedado compuesto, con dos palmos de narices y sin regalo.
Espero que con esta reprimenda tomen nota para el año próximo y sean más condescendientes con el que aquí suscribe.
Deseándoles un año repleto de trabajo –que falta hace…-, les envía un saludo,
Román Belmonte
2 comentarios:
Ay, pobrecito mío... si a mí me traen los Reyes un juego de sábanas, se tienen que retirar. FELIZ AÑO NUEVO!!!!
Me iba a conectar a la web de Anaya para buscar los CUENTOS AL AMOR DE LA LUMBRE y me dije: bueno, pero antes me voy a dar una vuelta a ver si ha escrito Román algo, y "casualidad" tu entrada era justo sobre Rodríguez Almodóvar. Me ha encantado la coincidencia. Y sí, los tengo en mi lista de los deseos ya que los Reyes tampoco me los han traído... Llegarán, digo yo. Un abrazo, Miriam
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