Lo
de escribir por obligación es un martirio. Sobre todo cuando buscas palabras y
no encuentras ninguna. Ni debajo de la almohada, ni en el fondo de la noche, ni
bajo la sombra de un ciprés…, no das con ninguna cuando más lo deseas. Sin
embargo, otras veces, crecen sin pensarlo, saltan de renglón a renglón y te
arrancan una sonrisa de efímero triunfo…
A
las once para un rato,
abre
despacio su hatillo
y
se sienta bien sentada;
se
desabrocha un zapato
y
se come un bocadillo
de
queso con mermelada.
Luego
se va a los mercados,
después
pasa por la plaza
y
más tarde al hospital;
llega
hasta el pueblo de al lado,
recorre
casa por casa
por
ver qué puede encontrar.
“Palabras,
busco palabras
en
papel de servilletas,
en
libros o en camisetas
o
en los cuernos de las cabras.
Palabras
que no se olvidan,
palabras
para soñar,
palabras
para cantar,
palabras
que dan la vida.
Palabras
de cortesía,
palabras
de aquí y de allá,
palabras
que recordar,
palabras
tuyas y mías”.
Ángel González de la Aleja.
En: Abrapalabra.
Ilustraciones de Julio Serrano.
Colección “Luna de Aire”.
2014. Cuenca: Ediciones UCLM.
Imágenes de la entrada: SpY.
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