Copos
de nieve sobre la orilla del mar, chantajes fruto de los caprichos
monárquicos que pagan los ciudadanos, subidas estratosféricas de
las tarifas eléctricas en la semana más fría del año (ya se
podían haber esperado...), apóstatas que se marcan dos horas de
cola para que San Antón bendiga a sus galgos, y el presidente de los
Estados Unidos haciendo el homínido ... Harto de buscarle sentido al
sinsentido, he decidido refugiarme en las canciones de Edward Lear y
dejarme hacer. Si no puedes con el enemigo, únete a él.
El búho y la gatita se
dieron a la mar
en un batel verde y
brillante como un guisante;
llevaban miel,
membrillo, y bastante dinerito,
bien envuelto en un
billete de cinco reales.
El búho contempló los
astros del infinito,
y rasga que te rasga
cantó con su guitarra:
“¡Oh, mi divina
minina! Oh, mi lindo amorcito,
qué hermosa gatita
eres tú...
Eres tú...
¡Sí, eres tú!
¡Qué hermosa gatita
eres tú!”
[…]
The Owl and the
Pussy-cat went to the sea
in a beautiful
pea-green boat,
they took some honey,
and plenty of money,
wrapped up in a
five-pund note.
The Owl looked up to
the stars above,
and sang to a small
guitar,
“O lovely Pussy! O
Pussy, my love,
What a beautiful Pussy
you are.
You are,
You are!
What a beautiful Pussy
you are!”
[...]
Edward Lear.
Los jumblies y otras
canciones sin sentido.
Ilustraciones de Leslie
Brooke y el autor.
Traducción de Óscar
Mariscal.
2016. Sevilla: El Paseo.
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