Parece que el frío arrecia. El mar se agita, algunos campos
se han cubierto de nieve y circula un viento que rasca bien los riñones. Así
que, esperando que arribe un febrero más suave, toca abrigarse. Un jersey
gordito, gorro (sombrero para los elegantes), un par de guantes, botas altas,
algunos hasta leotardos, un cortavientos y la bufanda que no falte. Lo bueno
del asunto es que las materias primas han cambiado. Que antes con tantas capas
de lana, por poco moríamos sepultados…
- Ovejita, dame lana.
- ¿Para qué quieres mi lana?
- Para hacerme un jersey
y estar siempre calentito.
Si me tapo la barriga
un buen catarro me evito.
- Ovejita, dame lana.
- ¿Para qué quieres mi lana?
- Para hacer un lindo gorro
que resguarde mi cabeza.
No tendré frío en el pelo
ni tampoco en las orejas.
[…]
Isabel Minhós Martins.
En: Ovejita, dame lana.
Ilustraciones de Yara
Kono.
Traducción de Xosé
Ballesteros.
2019. Vigo: Kalandraka.
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