jueves, 12 de enero de 2023

Dicotomías (in)necesarias


Estamos hechos a base de dicotomías. Esa palabra de origen griego que se refiere a parejas de conceptos complementarios. Nos debatimos entre lo bueno y lo malo, lo blanco y lo negro, izquierda o derecha, arriba y abajo. Opuestos y, parece ser que también, excluyentes, nos abocan a la disensión, una especie de fe que desde tiempos inmemoriales ha tenido a la humanidad muy entretenida.
Muchos lo achacan al maniqueísmo, esa doctrina religiosa cuya esencia está basada en comprender la existencia de dos principios creadores en conflicto constante: el bien y el mal, una idea ha regido el mundo, no solo en el plano teológico, sino en el político y social.


El Real Madrid contra el Barça, McDonald’s o Burger King, Pepsi versus Coca-Cola, Visa o Mastercard, Apple o Microsoft… Hasta con el vino montamos una guerra ¿Rueda o Verdejo? ¿Rioja o Ribera del Duero? Menos mal que Galerías Preciados quebró y dejó sin competencia a El Corte Inglés, que si no… Cada vez es mayor esta división, una especie de constante desacuerdo que ha calado tan fuerte que puede incluso abocarnos a la más absoluta soledad.
Lo más curioso de todo es que en la lógica tradicional, también se refiere a la ley que establece que ninguna proposición puede ser verdadera y falsa al mismo tiempo. Por lo tanto, esa visión maniquea de la vida nos soluciona más bien poco. Así que déjense de rollos y disfruten de carnívoros y veganos, de


Las polacas Anna Paszkiewicz y Kasia Walentynowic nos traen gracias a la editorial Thule dos libros basados en parejas de conceptos complementarios: Algo y nada y Ayer y mañana.
En el primero tenemos la historia de Algo y Nada, dos personajes representados con acierto, cuya historia gira en torno al lenguaje utilizado por los seres humanos. Mientras que Algo suena constantemente, no sucede lo mismo con Nada. Hasta que un día un niño tiene un accidente en el parque y Nada pasa a ser la protagonista.


En el segundo, las autoras abordan el pasado y el futuro utilizando una pequeña discusión entre Ayer y Mañana, unos personajes que nos inspiran y nos desbordan de recuerdos, no solo infantiles, sino de todo tipo, y de paso presentan diferentes acepciones sobre el eterno concepto del tiempo.


Si bien es cierto que estos libros tratan ideas complejas, no lo hacen desde una posición informativa ni teórica, sino que se valen de la ficción para recrear historias que ayuden a elaborarlas, comprenderlas y valorarlas (dato importante que los aleja de la no ficción) desde un punto de vista muy personal.


Sobre las ilustraciones decir que no es muy común encontrar por estos lares imágenes realizadas con rotuladores de colores, una técnica que, además de ser muy llamativa por su enorme contraste visual y embelesar al espectador infantil, en esta ocasión también me recuerda a la tradición del este europeo donde la iconografía, las figuras y el colorido se funde en un todo.
Con unas composiciones nada casuales y alto contenido metafórico, ahondan en un discurso polifacético que reverbera en multitud de lectores gracias una poética tranquila, pellizcos de humor, un poco de surrealismo, y juegos de perspectiva sin muchas pretensiones.

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